Coronavirus: solo 1 de cada 10 mexicanos tienen seguro médico privado
Justo el día que se declaró activada oficialmente la Fase 3 de la pandemia por el nuevo coronavirus en México, Sofía Belmar protestó como presidenta de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Ella es la primera mujer en el cargo y, por añadidura, también es la primera en presidir uno de los siete organismos cúpula del Consejo Coordinación empresarial (CCE). Este punto a favor de la equidad de género en el país es para echar confeti, pero el momento opaca el logro.
Belmar llega a la silla con el reto más grande para la industria de seguros en todo la historia: “Ni nosotros ni nuestros padres habíamos vivido una pandemia”, mencionó durante su presentación en el cargo. Esta sentencia resulta cierta no solo para la AMIS en sus 80 años de vida, sino para toda la población del mundo. El alcance de esta emergencia sanitaria se oculta en el horizonte.
En la AMIS todavía arrastran el lápiz para determinar los resultados del primer trimestre 2020, explica Recaredo Arias, director ejecutivo del organismo, quien espera que estos datos •que estarán listos la segunda quincena de mayo• arrojen un poco de luz sobre lo que le espera a la industria de seguros en México para el resto del año. Eso sí, “sabemos que será un número negativo”. Las cifras preliminares son duras: hasta el 16 de abril pasado, se habían reclamado casi 80 millones de pesos como indemnizaciones por el tratamiento de 229 casos de coronavirus en el país, con un promedio de desembolso de 347,000 pesos por evento.
Sin embargo, la gravedad de cada caso y la atención que requieren abarcan un gran rango, tanto que la reclamación más alta hasta esa fecha era cercana a 10 millones de pesos. Y lo peor aún no llega. Con todo, Sofía Belmar no se preocupa: “estamos preparados técnicamente y tenemos la solvencia para atender a nuestros asegurados y apoyar al gobierno”, dijo en su toma de protesta. El reto que la ocupa es poner en marcha las estrategias necesarias para “aprovechar el momentum que la pandemia inyecta a la sociedad, para extenderlo” y hacer de México un país previsor.
Listos para lo que venga Nadie tiene una bola de cristal. La semana pasada, México entró apenas a esa tercera etapa de la pandemia que marca el punto de contagios comunitarios y acelerados, en la que sin embargo no puede saberse cómo se comportará la curva de transmisiones; ese mismo escenario definirá el futuro de la industria de seguros, respecto a las reclamaciones de indemnización por gastos médicos mayores y seguros de vida. “Estamos expuestos a cómo evolucione la curva de contagio y cómo impacte la enfermedad a las personas que nos han transferido sus riesgos”, comenta Recaredo Arias. Saben que viene lo peor en materia sanitaria, pero están listos para afrontarlo.
El sector goza de buena salud, con reservas por 3.1 veces el capital requerido por Ley para cumplir sus obligaciones con los usuarios del seguro, en cualquiera de sus modalidades. Además, sus inversiones como industria significan 5.7% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, lo que los convierte en el tercer inversionista institucional más importante del país. En contraparte, la baja cultura de previsión en México nos juega en contra.
De acuerdo a cifras al cierre de 2018, apenas 10.6 millones de mexicanos contaba con algún seguro de salud, lo que es apenas 15.6% de las primas del mercado, una tendencia que parece revertirse solo en los momentos de necesidad. “En México no hay todavía una política fuerte de obligatoriedad de seguros como en otros países. Sin embargo, en momentos como el terremoto de 2017 o con los huracanes, siempre observamos una mayor sensibilidad de la población para la adquisición de seguros asociados con cada situación”, dice Sofía Belmar. Hasta hoy no se ha visto un incremento significativo en la compra de coberturas de gastos médicos o de vida. “Aún es poco para distinguir una tendencia”, dice Belmar, quien ya diseña estrategias para extender la sensibilidad que viven hoy los mexicanos hacia el cuidado de la salud, para impulsar la cultura previsional en el país.
“Es un trabajo que debemos hacer en el sector, debemos buscar mecanismos para hacer los seguros médicos más accesibles a la población, no solo económicamente sino también para facilitar su contratación”. Por ahora, “estamos observando un incremento en la demanda de seguros de salud”, dice Jesús Martínez Castellanos CEO LATAM Norte y Mapfre México; aunque todavía “es muy pronto para determinarlo, será hasta dentro de tres meses cuando conozcamos el impacto de esta situación, tomando en cuenta la experiencia de la crisis sanitaria que vivimos en 2009 por la influenza (H1N1)”.
Seria lógico esperar que la sensibilidad de los mexicanos ante la pandemia se traduzca en previsión. El gasto promedio que reportó AMIS, de 347,000 pesos al 16 de abril, fue 40% superior al estimado 10 días antes en un reporte interno que circuló en los medios, y que marcaba una erogación promedio por atención de Covid-19 de menos de 250,000 pesos. La curva todavía está en ascenso.