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El infierno migrante, la pesadilla en México


La falta de albergues ha llevado a las personas migrantes a buscar refugio en lugares improvisados en la vía pública, enfrentándose a condiciones precarias e insalubres mientras buscan sobrevivir. A ello se le suma que varios de estos grupos han comenzado a quedarse a vivir en el país de forma permanente.

El desbordamiento de caravanas migrantes en México ha detonado que varios de estos grupos comiencen a prolongar su estadía en el país, propiciando choques cada vez más fuertes con vecinos y organizaciones que piden alojamiento digno para estos grupos que transitan por el territorio nacional.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos alertan que los albergues disponibles son insuficientes para atender la demanda de personas de Centroamérica que cruzan por el país y que han quedado varadas por diversas razones.

El hacinamiento y la ocupación de espacios públicos por cientos de migrantes a través de campamentos improvisados han generado un problema de salud pública y enfrentamientos entre vecinos y autoridades, quienes piden su expulsión de forma inmediata.

La Central de Autobuses del Norte en la Ciudad de México y sus alrededores es un fiel retrato de la crisis migratoria que se vive actualmente. Este lugar se ha transformado en un albergue temporal para los migrantes que llegan desde la frontera sur y que ven pocas posibilidades de llegar hasta Estados Unidos.

A la mayoría de ellos se les observa deambulando por los alrededores de la terminal camionera. Se trata de venezolanos, haitianos, colombianos, ecuatorianos y cubanos que viven en campamentos improvisados hechos de cajas de cartón.

Reporte Índigo visitó estos campamentos que se han apostado a unos metros de uno de los puntos de transporte terrestre más importantes en la Ciudad de México. Con recelo, las personas que pernoctan aquí se niegan a entablar cualquier conversación con extraños. “No queremos decir nada, no nos interesa”, afirman.

Se dicen cansados y solo quieren tener un lugar para asearse y pasar la noche. Son cientos de personas extranjeras que caminan sobre vialidades primarias y calles aledañas a la terminal del Norte. Muchos se dedican únicamente a pedir alimento o dinero para comprar artículos de primera necesidad.

“Solo queremos un poco de comida y descanso. No le hacemos daño a nadie, estamos aquí porque en el albergue nos dijeron que ya no había cupo y solo así podemos dormir y pasar unos días”, dijo Emmanuel, originario de Haití.

Ya forman parte del paisaje urbano de las colonias que se encuentran al norte de la capital mexicana, aunque la creciente presencia de migrantes en esta zona tiene en enfado absoluto a los vecinos.

Alegan que a su paso dejan basura, orines, heces y un olor insoportable. Llevan semanas denunciando que se les busque refugio a estos grupos que han decidido aguardar unos días en tanto deciden si buscan cruzar hacia Estados Unidos o hacen vida en el territorio nacional.

Desbordan también el sur
Al sur de la capital mexicana, cientos de migrantes también han llegado a vivir. En la alcaldía Tláhuac, grupos de extranjeros han establecido un campamento improvisado que abarca varias áreas públicas de la demarcación.

El asentamiento, conformado por casas de campaña, se ha convertido en el hogar de más de mil personas que han hecho de este lugar su hogar temporal. Aquí ellos cocinan, duermen y lavan su ropa. La acumulación de basura es evidente y ha generado malestar entre los residentes.

Durante el día, algunos de los migrantes buscan dónde lavar su ropa y conexión para cargar sus celulares, también donde realizar sus necesidades básicas, por lo que los vecinos han comenzado a inconformarse ante esta situación.

“Tratamos de ser empáticos con ellos, pero muchos se aprovechan y han comenzado a drogarse en las áreas públicas y eso pone en riesgo a nuestros hijos. No tenemos el espacio ni la organización para albergar a tanta gente”, precisó uno de los residentes de esta zona.

Isaac García, integrante de la Comisión de Participación Comunitaria en la alcaldía de Tláhuac, sostuvo en entrevista con este diario que, de no atenderse esta situación, podría escalar a un conflicto mayor entre vecinos y migrantes.

“Cada vez vemos a más personas migrantes pidiendo dinero o incluso trabajando en lo que sea para sobrevivir. Ingresan a las unidades habitacionales a cargar celulares o bañarse, esto se está volviendo insostenible para todos”, relató.

Y agregó que la falta de organización por parte de las autoridades para gestionar a los migrantes en esta zona de la ciudad ha llevado a problemas de convivencia entre los residentes cada vez más frecuentes y más violentos.

A ello se le suma las protestas que han encabezado grupos vecinales en varios puntos de la Ciudad de México en fechas recientes y los cuales piden al gobierno capitalino acciones ante la sobresaturación de albergues para migrantes.

3 albergues existen en la CDMX ubicados en las alcaldías Iztapalapa, Cuauhtémoc y Tláhuac.

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