Idean megabancos nueva forma de transferir riesgos
Los bancos estadounidenses han encontrado una nueva forma de deshacerse del riesgo mientras se apresuran a adaptarse a regulaciones más estrictas y crecientes tasas de in terés.
JPMorgan Chase, Morgan Stanley, U.S. Bank y otros están vendiendo complejos instrumentos de deuda a administradores de fondos privados como una forma de reducir los cargos de capital regulatorio sobre los préstamos que otorgan, dijeron personas familiarizadas con las transacciones.
Estas llamadas transferencias de riesgo sintéticas son costosas para los bancos, pero menos costosas que asumir todos los cargos de capital sobre los activos subyacentes. Son lucrativos para los inversionistas, que normalmente pueden obtener rendimientos de alrededor del 15% o más, según personas familiarizadas con las transacciones.
La mayoría de los bancos estadounidenses permaneció fuera del mercado hasta este otoño, cuando emitieron una cantidad récord como una forma de aliviar su creciente carga regulatoria.
"Simplemente tenemos que aceptarlo porque son juez, jurado y verdugo", dijo Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan, cuando se le preguntó sobre las nuevas regulaciones de capital en una conferencia de inversionistas en septiembre.
Los reguladores tienen años de estar aumentando los requisitos de capital y propusieron medidas aún más férreas después del pánico bancario que inició en marzo. Las tasas de interés más altas están erosionando el valor de las carteras de inversión de los bancos, lo que también puede mermar los niveles de capital regulatorio.
En la mayoría de estas transferencias de riesgo, los inversionistas pagan en efectivo por instrumentos vinculados a crédito (eredit-linked notes, CLNs) o derivados de crédito emitidos por los bancos. Los CLNs y derivados representan aproximadamente el 10% de las carteras de préstamos que transfieren su riesgo. Los inversionistas reciben intereses a cambio de asumir pérdidas si los prestatarios de hasta aproximadamente el 10% de los préstamos agrupados incumplen.
JPMorgan ha estado trabajando en tratos con valor de 2.5 mil millones de dólares en los últimos meses para reducir los cargos de capital sobre alrededor de 25 mil millones de dólares de sus préstamos corporativos y al consumidor, señalaron personas familiarizadas con las transacciones.
Los tratos funcionan algo así como una póliza de seguro, con los bancos pagando intereses en lugar de primas. Al reducir la exposición potencial a pérdidas, las transferencias reducen la cantidad de capital que los bancos deben mantener contra sus préstamos.
Es probable que los bancos a nivel mundial transfieran el riesgo vinculado a unos 200 mil millones de dólares en préstamos este año, contra unos 160 mil millones de dólares en el 2022, según un análisis del Wall Street Journal de estimaciones realizadas por ArrowMark Partners, una empresa con sede en Denver que invierte en transferencias de riesgo.
Los administradores de fondos de crédito privados, incluyendo Ares Management y Magnetar Capital, son compradores activos de los tratos, dicen personas familiarizadas con el asunto. Empresas como la unidad de fondos de cobertura de Blackstone y D.K. Sbaw recientemente iniciaron una estrategia o crearon un fondo dedicado a operaciones de transferencia de riesgo, mencionaron algunas de las personas.
Los tratos representan un cambio profundo en Wall Street, donde los fondos de cobertura, las firmas de capital privado y otras firmas de inversión alternativas que compran crédito privado se están vol viendo cada vez más importantes para el funcionamiento de las finanzas.
Los administradores de inversiones de crédito privado aún no gozan del mismo reconocimiento que los grandes bancos, pero se han convertido en rivales formidables, haciéndose cargo cada vez más de negocios básicos, como los préstamos corporativos. Las empresas también han estado comprando las carteras de hipotecas y préstamos al consumidor de los bancos.
Los bancos comenzaron a utilizar transferencias de riesgo sintéticas hace unos 20 años, pero rara vez se utilizaron en Estados Unidos después de la crisis financiera del 2008-09.
Los reguladores de Europa y Canadá establecieron directrices claras para el uso de transferencias de riesgo sintéticas después de la crisis. También establecieron cargas de capital más altas en reglas conocidas como Basilea III, lo que llevó a los bancos europeos y canadienses a comenzar a utilizar transferencias de riesgo sintéticas con regularidad.
Las regulaciones estadounidenses han sido más conservadoras. Alrededor del 2020, la Reserva Federal rechazó las solicitudes de alivio de capital de los bancos estadounidenses que querían utilizar un tipo de transferencia de riesgo sintética comúnmente utilizada en Europa.
"Nadie sabía cuándo se rompería el impasse", dijo Kaelyn Abrell, socia de ArrowMark.
La presión comenzó a disminuir este año cuando la Reserva Federal indicó una nueva postura. El regulador señaló que revisaría las solicitudes para aprobar el tipo de transferencia de riesgo caso por caso, pero no adoptar totalmente el enfoque europeo.
I,a Reserva Federal permitió un alivio de capital para una nueva estructura de CLN en Morgan Stanley en septiembre y publicó una respuesta a algunas de las preguntas que había recibido de los bancos sobre las transferencias de riesgo.
Antes del cambio reciente, la renuencia de la Reserva Federal había dejado a algunos bancos cada vez más frustrados, destacaron personas familiarizadas con las transacciones. La tensión aumentó en los últimos años a medida que entraron en vigor nuevas normas, incluyendo un requisito de capital vinculado a pruebas de tensión anuales.
En el 2022 y 2023, las tasas de interés más altas enviaron a la baja el valor de los bonos que tenían los bancos. Esto también afectó los niveles de capital regula torio de los grandes bancos.
Más reglas de capital vienen en camino. Este verano, los reguladores bancarios estadounidenses anunciaron una propuesta para implementar aún más los requisitos de Basilea 111 que podrían elevar los cargos de capital en aproximadamente un 20% y penalizar a las empresas que cobran grandes comisiones, incluyendo las ramas comerciales y de gestión patrimonial de los bancos. Basilea resultó más férreo de lo que algunos bancos esperaban, llevándolos a detener las recompras de acciones.