La crisis sanitaria desatada por la COVID-19, las restricciones gubernamentales y la recesión económica en marcha hirió de muerte a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), a tal punto de que 85 por ciento de ellas afirma que su flujo de caja sigue sin mejorar y no cuenta con fondos adicionales para sortear la crisis; mientras que 54 por ciento reconoce que no tenía contratado ningún tipo de seguro cuando comenzó la expansión del virus SARS-CoV-2, señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los hallazgos de la OIT se desahogan en su investigación denominada Encuesta global de empresas: gestión de interrupciones comerciales por la COVID-19, en la que participaron más de 4,500 organizaciones con operación en 45 países.

En el análisis se advierte que apenas una tercera parte de las empresas consultadas cuenta con recursos financieros para cumplir con compromisos financieros adquiridos y despuntar en la irreversible nueva normalidad.  

Por otro lado, 78 por ciento de las empresas manifiesta que modificaron sus operaciones para hacer frente a la pandemia de COVID-19. En tanto, tres cuartas partes de las organizaciones precisan que lograron proseguir su actividad comercial, pese a las medidas adoptadas a raíz de las medidas sanitarias instrumentadas.  

El diagnóstico hace énfasis en que 40 por ciento de las empresas indica que tendrá que deshacerse de 40 por ciento de su plantilla laboral.

Para finalizar, el diagnóstico distribuido por la OIT anota que las medidas de apoyo gubernamental son fundamentales para la recuperación de las Pymes. No obstante, amplía, dos terceras partes de las organizaciones encuestadas manifiesta que el nivel de financiación recibido es insuficiente.