Un total de mil 2 mil 711 chihuahuenses que fallecieron a consecuencia del Covid-19, contaban con un seguro de vida, con el cual sus familiares pudieron hacer frente a los gastos tras el fallecimiento de las personas, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

Aunque menos del 40 por ciento de la población tiene un seguro de gastos médicos o de vida, la AMIS recordó la importancia de contar con uno, y en la actualidad existen distintas formas de cotización para que la persona pueda encontrar uno a sus necesidades.

En un sondeo en aseguradoras, se observó que se ofrecen desde seguros tradicionales, ya sea de forma individual para edades de 18 a 70 años, o en un seguro familiar de 0 a 25 años para dependientes y de 18 a 70 años para padres en un plan amplio.

En el país, se cuenta con una red hospitalaria a nivel nacional, cuya ocupación sea considerada riesgo normal y pagando un coaseguro del 10%, como un esfuerzo no sólo de facilitar y comparar productos similares en un sólo lugar, sino también como una herramienta de educación financiera, que permita a las personas conocer el producto y analizar la posibilidad de contratarlo.

Una de las recomendaciones más importantes es que además de comparar los costos de un seguro, también se comparen los riesgos adicionales que pueden estar incluidos por el mismo costo, las preexistencias, los periodos de espera para cubrir ciertas enfermedades, pero que al variar el deducible, coaseguro o nivel de hospitales, modifica el importe de la prima, así como conocer las exclusiones o riesgos que no quedan cubiertos.

También es importante señalar que las aseguradoras, tomando en cuenta el contexto actual, están creando productos innovadores, más flexibles y asequibles en precio a la población, tanto en gastos médicos, como en accidentes, enfermedades y de seguros de vida, los cuales pueden ser consultados, cotizados y comercializados desde sus portales, para lo cual siempre será necesario compararlos y reflexionar sobre lo que se quiere asegurar y el gasto que se está dispuesto a realizar, sabiendo que un siniestro puede provocar un alto impacto en la economía familiar.