Nasdaq se mueve hacía los reinos del fintech
La reciente adquisición de Adenza revalida el cambio estratégico que la CEO Adena Friedman quiere para Nasdaq: evolucionar de una simple bolsa de valores a una compañía fintech.
Cuando pensamos en Nasdaq, pensamos en las grandes acciones tecnológicas. Después de todo, es la segunda bolsa de valores del mundo y en ella cotizan empresas como Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft. Pero cuando Adena Friedman piensa en Nasdaq, piensa en fintech. Para hacer realidad esa visión, Friedman, quien se convirtió en directora ejecutiva de Nasdaq en 2017, ha completado al menos una docena de adquisiciones, que culminaron con la compra del desarrollador de software financiero Adenza el l de noviembre, en una operación valorada en 10 mil 500 millones de dólares.
Los accionistas no estaban muy entusiasmados con el alto precio de la transacción, lo que hizo que las acciones de Nasdaq bajaran 12 por ciento el día en que se anunció el acuerdo en junio. Aunque la estrategia general de Friedman ha sido bien recibida por ? < los inversores (las acciones de Nasdaq han subido más de 130 por ciento bajo su mandato), algunos analistas han señalado el alto costo de esta última compra, que valora a Adenza en 18 veces sus ingresos esperados en 2023. Para financiar la compra, Nasdaq asumió más de 5 mil millones de dólares en deuda, casi duplicando su ratio deuda-ganancias, lo que motivó que S&P rebajara su calificación crediticia. A otros les preocupa el poder que la transacción otorga al vendedor, Thoma Bravo LLC, pues esta firma de capital privado recibió una participación accionaria del 14.9 por ciento en Nasdaq, esto le otorgó un asiento en la junta directiva y la convirtió en el segundo mayor accionista de la compañía.
Ahora Friedman tiene que demostrar que la mayor adquisición jamás realizada por Nasdaq vale la pena.
Ella dice que, a pesar de que las cuotas cobradas por el listado y la negociación de acciones han representado desde hace tiempo una proporción cada vez menor en los ingresos de Nasdaq, es importante acelerar la transición. La bolsa Nasdaq es una importante tarjeta de presentación que otorga a la marca una inmensa credibilidad, pero su negocio distintivo depende en gran medida de los vaivenes del mercado. Por ejemplo, las ofertas públicas iniciales, la principal vía de la bolsa para captar nuevos clientes, cayeron un 84 por ciento en 2022, a solo 118 OPIs, y este año están en una trayectoria similar.
Las actividades fuera de esa línea de negocio representaron alrededor del 71 por ciento de los ingresos este año. Con la adquisición de Adenza, proveedora de software para gestionar el riesgo de inversión y automatizar las comunicaciones con los reguladores, Nasdaq espera que ese porcentaje se acerque al 77 por ciento. "Hemos emprendido un viaje de siete años para ensanchar la comprensión que la gente tiene de Nasdaq", dice Friedman. "Requiere mucha conversación, mucha acción. Todavía tenemos trabajo por hacer".
Al mercado le preocupa que, en las manos de Nasdaq, Adenza no pueda mantener el crecimiento anual de aproximadamente el 15 por ciento que ha registrado en los últimos años. Holden Spaht, socio gerente de Thoma Bravo que además ocupa el asiento de esa firma en la junta directiva de Nasdaq, reconoce que el precio actual de las acciones refleja ese escepticismo. Pero afirma que el acuerdo dará frutos para ambas partes. "No he oído a nadie argumentar que después de la adquisición de Adenza, la calidad de las ganancias del Nasdaq no mejorará", indica Spaht.
"En algún momento el mercado se dará cuenta".
Adena Friedman dice que al inicio dudó de la idea de adquirir la empresa de software porque Adenza (una combinación de dos empresas de nicho, Calypso Technology y AxiomSL, que Thoma Bravo compró y fusionó en 2021) tiene poco reconocimiento de marca.
"¿Es mi nombre con una 'z'? ¿Es por eso que les gusta el activo?", bromeó con su equipo cuando le plantearon la idea. Pero dice que pronto concluyó que Adenza podría atraer una gran cantidad de clientes para los productos existentes de Nasdaq, como el software para detectar delitos financieros. Al respecto, los analistas de S&P dicen que hay poca superposición entre la lista actual de clientes de Nasdaq y las 60 mil personas en bancos, corredurías, aseguradoras, fondos de inversión y corporaciones que usan el software de Adenza, por lo que debería haber muchas posibilidades para la venta cruzada. Y dado que las empresas que compran esos programas tienden a firmar contratos a largo plazo, hay menos volatilidad en el flujo de ingresos.
Justo cuando las dos partes estaban negociando el acuerdo en marzo, el sistema financiero estadounidense entró en crisis. Silicon Valley Bank y otros dos bancos regionales se vieron obligados a cerrar cuando los depositantes intentaron retirar miles de millones de dólares, una cadena de eventos que se le achacó a una supervisión regulatoria insuficiente.
El equipo de Nasdaq vio esto como una validación de sus pretensiones: los bancos de todos los tamaños utilizan el software de Adenza para garantizar el cumplimiento de la normatividad e informar a las autoridades reguladoras. Y a medida que las regulaciones cambian, la tecnología se ajusta y ayuda a las bolsas, las gestoras de fondos y los bancos centrales a darles seguimiento.
El problema que enfrenta Nasdaq es lograr que ese negocio sea tan reconocido como su parqué bursátil, y eso requerirá una integración exitosa de los sistemas de software de Adenza y de sus 2 mil empleados. Para ayudar con lo primero, Adenza pasará a formar parte de una renovada división de tecnología financiera al mando de Tal Cohén. Y para lograr lo segundo, la empresa ha organizado reuniones de convivencia como una velada en Swingers, un club de minigolf en Manhattan.
La oferta de servicios de tecnología de trading y gestión de riesgos que ya brinda Nasdaq se robustecerá con la adquisición de Adenza, que agregará a esa cartera el importante negocio de la generación y gestión de informes regulatorios, marcando un drástico aumento en la escala de las ambiciones de Friedman. El valor de esa adquisición casi ? 4 cuadruplica lo que pagó en su segunda compra más grande, Verafin Inc. Gracias a ese acuerdo de 2020, Nasdaq obtuvo un software que ayuda a las firmas financieras a investigar y reportar casos de lavado de dinero, fraude y manipulación del mercado. Y en 2017, Nasdaq pagó 705 millones de dólares por eVestment, que ayuda a los inversores a analizar y gestionar activos. "Esta es la visión de Friedman: transformar a Nasdaq en un proveedor de tecnología financiera", afirma ICyle Voigt, analista de Keefe Bruyette & Woods. "Y este será un acuerdo decisivo para su mandato como directora ejecutiva".
Al mismo tiempo, Friedman se ha desprendido de divisiones que no encajaban en su estrategia. Desde que ella asumió el cargo de CEO, Nasdaq ha vendido un negocio de relaciones públicas y medios digitales; una participación minoritaria en el grupo de cámaras de compensación LCH Group; y un negocio de renta fija. En conjunto, las ventas de activos y las adquisiciones han ayudado a Nasdaq a reducir los gastos de capital en su negocio tradicional al 40 por ciento del total, desde el 90 por ciento cuando Friedman asumió el mando, según Owen Lau, analista de Oppenheimer & Co. La CEO "comenzó á desarrollar otras líneas de negocio y a poner más dinero en entidades distintas al trading", explica Lau, "a fin de dejar de ser un mero operador bursátil".
Friedman dice que su inspiración para la estrategia fintech surgió mientras se desempeñaba como presidenta de Nasdaq. El entonces director ejecutivo, Robert Greifeld, le había pedido que se concentrara en todo salvo el trading para vislumbrar mejor el potencial abanico de líneas de negocio de la empresa. Tras extensas conversaciones con los clientes, Friedman escuchó una reiterada inquietud: a todos les preocupaban las relaciones con las autoridades reguladoras y minimizar los riesgos de fraude y delitos financieros. Nasdaq, le dijeron, era un líder tecnológico profundamente vinculado a los mercados, pero no ayudaba a resolver los mayores desafíos financieros. "Nos veían como buenos ejecutores, solo querían que hiciéramos más", afirma Friedman.