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Nearshoring, la oportunidad desapercibida


La reubicación en México de plantas productivas desde países del sureste asiático ha sido una de las mayores promesas para la economía nacional en los últimos años.

Aunque el potencial cuando menos es amplio, tener más empresas y nuevos trabajadores donde antes no los había también supone un reto en términos de infraestructura para necesidades básicas, como la hospitalaria.

La disponibilidad de infraestructura de salud ha avanzado a cuentagotas en el país. Según un reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre 2012 y 2019 las unidades de hospitalización pasaron de 1,307 a 1,361 e, incluso, tuvieron un avance de 81 establecimientos adicionales para el cierre de 2021.

Sin embargo, hay una menor disponibilidad en las zonas rurales, ya que las localidades urbanas concentran el 93.8 % del total de unidades de hospitalización, según estimaciones de la Secretaría de Salud.

Voltear a ver los hospitales privados representa un problema similar. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cierre de 2022, siete de las 32 entidades federativas concentraron el 53% de los 2,874 establecimientos particulares que prestaron servicios de salud, principalmente, en el centro del país y parte de la región del Bajío.

Para Javier Potes, director general del Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH), esta problemática no se dará de manera inmediata, pero sí puede suponer un desafío importante en el largo plazo a medida que lleguen más empresas que requieran nueva mano de obra, y que podrían reubicarse en zonas ya industrializadas pero presionadas en este tipo de servicios.

"Es una gran oportunidad. No lo veo como turismo médico, pues no es migración per se, sino inversión que va a traer en temas de manufactura y demás que nos exige que tengamos la capacidad para atender esa población", explica el especialista. "No sé cuánto va a impactar, pero tenemos que empezar a pensar en ello".

Disponibilidad y accesibilidad

Construir un hospital no es una tarea sencilla. Potes refiere que un proyecto corto toma alrededor de tres años en concretarse, pero uno de mayor escala puede llevar hasta cinco años tomando en cuenta elementos como la contratación de personal, capacitación, etcétera.

Considerando las dimensiones y los plazos del fenómeno del nearshoring, los tiempos pueden ser insuficientes.

Como referencia, una encuesta de BBVA Research realizada entre parques industriales estima que unas 453 nuevas empresas podrían llegar al país hacia 2025. Además, la mayoría de los empresarios considera que las inversiones podrían llegar entre 2023 y 2025, según un sondeo realizado por el Banco de México.

A ello se suman las inversiones necesarias para los hospitales, que, de manera muy general, oscilan en un rango que va de 300 hasta 500 millones de pesos dependiendo de la capacidad y sin considerar el equipamiento.

Pero para un segmento de trabajadores, como el manufacturero o maquilador -dos de las industrias que se espera que encabecen la atracción de inversiones desde Asia-, tener hospitales no es suficiente. pues se debe garantizar el acceso a ellos, sobre todo, ante los siniestros más graves y costosos.

Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), el costo medio nacional por siniestro en salud fue de 129,133 pesos con datos a 2022, un monto que las personas cubren endeudándose debido a que sólo el 9.9% de la población cuenta con un seguro de gastos médicos.

A la hora de construir un hospital se debe pensar en lo que necesita para que los futuros pacientes puedan acceder a sus servicios a través de prestaciones. como los seguros médicos.

En el caso de los hospitales pequeños, por ejemplo, en general, no disponen de los especialistas y de la infraestructura necesarios para atender enfermedades y emergencias complejas y costosas. Además, necesitan estar certificados por el Consejo de Salubridad General para que las aseguradoras efectúen un pago directo del siniestro, señala un reporte de la Comisión Federal de Competencia Económica.

Los datos más recientes advierten que un 13% de los siniestros de salud se pagan vía reembolso, lo que implica que una persona puede desembolsar más de 100,000 pesos para cubrir un incidente que podría no serle devueltos.

"Creo que es fundamental que empecemos a pensar más en los servicios financieros necesarios para garantizar una mayor accesibilidad a los servicios de salud, y sobre los seguros que les vamos a dar a los trabajadores para que tengan este acceso. Eso es importante porque no estamos seguros si el sector público va a poder atender las necesidades de estas nuevas plazas", señala Potes.

El potencial para el turismo médico

Aunque sectores como el automotriz, el aeroespacial y el eléctrico son de los más sonados al hablar de los beneficiados por el nearshoring, el segmento de dispositivos médicos también busca una participación no sólo en términos de manufactura, sino de un potencial para ser utilizados en hospitales que presten servicio de turismo médico.

Según la firma Colliers, el segmento médico es uno de los que está atrayendo el interés de las empresas en México, y dado que gran parte de la reubicación de empresas ocurre en la franja fronteriza, esto resalta como una oportunidad.

"Contar con una infraestructura de servicios médicos y de cuidados para adultos mayores son servicios que se pueden exportar como exportamos turismo en general. Se puede hacer más esto, pero se necesita que haya más formalidad en el mercado", advierte Carlos Hurtado, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Sin embargo, en este segmento, los estados del nearshoring competirán con otras zonas, como Cancún, Los Cabos y Puerto Vallarta, que han comenzado a conformar una oferta de turismo en salud. De ahí que la colaboración público-privada será esencial para avanzar en una propuesta que garantice accesibilidad de precios tanto para trabajadores como para turistas.

"Se tendría que ver como sector privado si se puede apoyar, pero que lleguemos a un acuerdo de cómo se van a pagar los servicios, como operamos en el covid, por ejemplo, con una tabla de precios. Ese tipo de modelos pueden ser viables", concluye Potes.

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