Reconstrucción de Acapulco avanza paso a paso, no sin imponderables
Detectan riesgos de contagios de chikungunya, dengue y males gastrointestinales, respiratorios o de la piel entre la población.
Los servicios comienzan a regularizarse, sin llegar a los niveles previos a la entrada del huracán.
La Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) planteó que, después del azote del huracán Otis en la costa de Guerrero, se prevé una rápida propagación de enfermedades como dengue, zika y chikunguña, así como gastrointestinales, respiratorias y de la piel, además de efectos en la salud mental.
Ante esa situación, enfatizó la necesidad de una respuesta apropiada con atención médica, abasto de agua potable, saneamiento e higiene, medidas de protección contra vectores (mosquitos transmisores de enfermedades) y roedores, vacunación contra tétanos y tener precaución en actividades de limpieza para evitar lesiones.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF), informó que sus equipos desplazados en la zona identificaron “un alto riesgo potencial de brotes infecciosos, debido a las condiciones ambientales, inundaciones, deslizamientos de lodo, acumula ción de escombros y de desechos en muchas zonas de Acapulco y municipios aledaños”.
Jessica González Lucas, académica del área de Salud de la Universidad La Salle destacó que al desastre provocado por Otis se suma la amenaza que significa que aparezcan enfermedades y proliferen, lo cual puede ocasionar una crisis sanitaria.
Concretamente se refirió a enfermedades infecto contagiosas, como dengue, hepatitis, tifoidea, salmonella o, incluso cólera.
La principal preocupación es el estancamiento de agua sucia, la acumulación de basura que es la condición propicia para que se reproduzca el mosquito transmisor del dengue; la falta de agua potable, así como de alimentos higiénicamente preparados.
Casos de Dengue
Los casos de dengue ya presentaban un notable incremento durante las últimas semanas, comparado con los registros del año pasado.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, hasta la semana 43 de este año, es decir hasta el 28 de octubre pasado, en Guerrero se habían detectado 1,855 casos acumulados de dengue. El año pasado, hasta la misma, semana se habían reportado 630, lo que quiere decir que hay una variación de 194.4 por ciento.
La tasa de incidencia total en el estado es de 50.28 por cada 100, 000 habitantes y es la séptima más alta del país.
Si se observan a detalle las estadísticas, se aprecia que el año pasado, hasta la semana 43, se tenían registrados 260 casos de dengue no grave y en 2023 iban 73; los casos de dengue con signos de alarma, a esa semana de 2022, eran 333 y ahora son 1,191, mientras que los casos de dengue grave eran 37 y en 2023 van 91.
Al cierre de 2022 en Guerrero murieron cuatro personas por dengue y en lo que va de 2023 ya son siete.
Recientemente, la Secretaría de Salud federal informó que se desplegaron 10 brigadas en diversos puntos de Guerrero para disminuir o evitar la proliferación del mosquito transmisor de dengue, zika y chikunguña.
Otras alzas
Hasta la semana 43, que este año fue del 22 al 28 de octubre, se habían registrado 367,541, infecciones respiratorias agudas, cuando el año pasado a la misma semana iban 311,181.
En el caso de enfermedades infecciosas intestinales en lo que va del año se han registra do 92,327, cuando el año pasado a la misma semana iban 77,094. Entre la semana del 22 al 28 de octubre de este año se sumaron 1, 873.
Además, se habían acumulado 80,519 casos de enfermedades por infecciones intestinales por otros organismos y las mal definidas, cuando el año pasado eran 65,489.
En la semana 43 de este año se registraron 635 casos de faringitis y amigdalitis estreptocócicas con lo que el acumulado en lo que va de 2023 se incrementó a 24, 890, cuando en 2022 iban 19, 941 casos.
También se reporta la acumulación de 12,460 casos de otitis media aguda, cuando el año pasado iban 10,542. La semana del 22 al 28 de octubre se sumaron 295 casos.
En el caso de tuberculosis respiratoria, se reportan este año un acumulado de 931, cuando el año anterior iban 910.
En el caso de otras salmonelosis se registraban ya 794, cuando el año pasado se habían acumulado a esa semana 644.
Epidemia
Sofía del Carmen Sánchez Piña, investigadora de la Facultad de Enfermería de la UNAM, manifestó que si no se tienen condiciones de higiene para la elaboración de alimentos, ese tipo de enfermedades pueden generar una situación de epidemia.
La especialista dijo que, si bien la autoridad dio por terminado el periodo de emergencia en cuanto a protección civil, la emergencia por salud debe continuar.
“Ahora justamente es cuando conviene que pongamos nuestra alerta de atención a la salud”. “Hay que hacer una alerta porque va a haber muchas consultas sobre enfermedades infecciosas de carácter digestivo”, indicó. Por su parte, Carolina Gómez Vinales, consultora especialista en salud pública, subrayó que, desde que se aproximaba el ciclón a la costa guerrerense, debió implementarse un plan de comunicación de riesgos, lo cual no ocurrió.
Salud mental Los especialistas llamaron a no dejar de lado la atención a la salud mental de la población en la zona siniestrada.
Jessica González Lucas indicó que esta situación puede generar eventos de estrés postraumático, eventos de ansiedad, incluso en el futuro desarrollar depresión crónica.
Por ello, añadió, es muy importante que lleguen también a la zona devastada por Otis, psicólogos y psiquiatras, para apoyar a las personas que necesiten de su apoyo.
Incluso dijo que las personas que antes del azote del huracán ya estaban en tratamiento por alguna enfermedad mental no descuidaron su atención.
“Una enfermedad mental es tan importante como una enfermedad física: puede incapacitar a una persona o poner en riesgo su vida”, dijo.
Al respecto, Carolina Gómez Vinales destacó que la mayoría de las personas que viven un huracán como el que devastó Acapulco sufren de estrés postraumático, principalmente los niños y los mayores de edad.