Recuperación de Acapulco, cuesta arriba y a alto costo
Para las aseguradoras, los costos ocasionados por el huracán Otis en Guerrero apuntan a ser similares a los que generó Wilma en 2005, los cuales fueron por dos mil 700 millones de dólares, estimó la calificadora Moody’s.
Sin embargo, “una parte significativa de estas pérdidas será asumida por el reaseguro, pues alrededor de 72 por ciento de las primas fueron cedidas”, refirió.
Wilma es el huracán más costoso en el país y la segunda catástrofe más onerosa para la industria, después del Covid-19, según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
“Aún no se ha determinado el alcance total de los daños, pero esperamos que las aseguradoras mexicanas de propiedad y responsabilidad civil (P&C) enfocadas en el área incurran en pérdidas y reporten resultados negativos en 2023, lo que podría perjudicar sus métricas de solvencia”, dijo Moody’s.
Para bancos, firmas de telecomunicaciones y la Comisión Federal de Electricidad sólo se esperan efectos crediticios marginalmente negativos, añadió.
“Otis estará muy probablemente en el listado de los 10 eventos más catastróficos en el sector”, comentó Norma Alicia Rosas, directora general de AMIS.
Sin embargo, Guerrero sólo aporta uno por ciento del total de primas suscritas del país, lo que aminorará el impacto en el sector, acotó Moody’s.
En Acapulco hay 16 mil inmuebles y 20 mil vehículos asegurados, dijo AMIS.
Banca lanza salvavidas. El gobierno federal, a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, estableció facilidades regulatorias para que bancos y Sociedades Financieras de Objeto Múltiple puedan diferir pagos de sus acreditados por seis meses y mantener los saldos sin interés en financiamientos hipotecarios, automotrices, personales, de nómina, tarjetas de crédito, microcréditos y comerciales. Esto sin un impacto en el Buró de Crédito y sin considerarse cartera vencida. Instituciones como Santander y Banorte ya informaron de esta medida a sus clientes; se espera que más bancos se sumen a la iniciativa.
“Quienes poseen créditos en las áreas afectadas podrán redireccionar su liquidez a otras necesidades”, dijo el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio.
Tras paso de Otis, ven mayor pobreza y desempleo en Acapulco
Tras la devastación que dejó el huracán Otis, la recuperación de Acapulco tardará al menos un año, pero dejará secuelas que pueden durar toda la vida en materia económica, de pobreza, desempleo e inseguridad, consideraron analistas.
En el puerto habitan casi 780 mil habitantes (22 por ciento de la población de Guerrero), según el último Censo de Población y Vivienda, de los cuales más de 80 por ciento vive del turismo.
“Dadas las condiciones actuales, es difícil que veamos una actividad importante en el próximo año, la recuperación será lenta, va a tardar”, comentó el catedrático del Tec de Monterrey, Héctor Magaña.
Viene la temporada vacacional de fin de año, y luego, Semana Santa y verano, es difícil creer que el puerto estará listo para estos tres momentos que son emblemáticos para cualquier destino turístico, añadió el especialista, quien dijo que esto generará pérdidas millonarias para familias, empresas y el erario. “Bajo este escenario, es probable que veamos más pobreza y desempleo, en una entidad que ya adolece de estos problemas”, expuso.
Acapulco es uno de los 81 municipios de Guerrero; en materia económica es el más relevante, pues aporta casi una tercera parte de sus ingresos.
Pese a ello, de acuerdo con el Coneval, 52.1 por ciento de su población vive en pobreza (394 mil 861 personas), esto en 2020, el último dato disponible. En tanto, 16.7 por ciento de sus habitantes padece pobreza extrema (126 mil 672).
“Un fenómeno como el de Otis puede tirar una economía para toda la vida si no se recupera rápido, porque Acapulco es un centro de turismo y va a perder muy rápidamente atractivo”, señaló Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
“Esto que vemos va a generar más pobreza, desempleo y condiciones de inseguridad entre la población”, los cuales se van a acentuar si la reconstrucción económica y social tardan, coincidió.
En materia laboral, 62 por ciento de la población ocupada de Acapulco trabaja en la informalidad, de las tasas más altas a nivel ciudad. Además, 40 por ciento labora en condiciones críticas de ocupación, es decir, no óptimas.
Ven caída económica. HR Ratings considera posible una contracción de la economía del puerto ante el impacto del huracán, además de un mayor endeudamiento, debido a una menor liquidez y un gasto social creciente.
“Los recientes hechos podrían representar un estrés financiero adicional en las finanzas de la entidad, debido a una probable contracción de la actividad económica, que se vería reflejada en menores ingresos derivados del cobro de licencias de funcionamiento, así como a la recaudación de impuestos”, expuso.
Ante esta nueva expectativa, la agencia financiera modificó la perspectiva de la calificación del municipio de “positiva” a “revisión en proceso”, lo cual abre la puerta a un posible recorte en la nota, que, por el momento, la mantiene en “HR BB+”, dijo en un reporte.
De acuerdo con la firma especializada en fenómenos naturales Enki Research, las pérdidas en la localidad guerrerense por Otis ascenderán a entre 10 mil y 15 mil millones de dólares.
Revenden en calles de Acapulco productos saqueados de tiendas
Parece que el paso del huracán Otis fue ayer, porque todo sigue igual y seguimos esperando la ayuda de alguien, expresan los habitantes de Acapulco, Guerrero.
Además, en medio de la tragedia, no falta quien busca ahora aprovecharse de la crisis para sacar algún beneficio, pues se está generando una suerte de mercado negro, con la reventa de los propios productos que en días anteriores fueron saqueados de las tiendas y cadenas comerciales, y a precios mucho más elevados.
Desde la entrada al puerto, las largas filas de personas que buscan alimentos advierten un panorama de incesante crisis, al llegar a la zona cero tras el paso del huracán Otis el miércoles pasado.
Torres y postes de luz destrozados, letreros a la entrada a Acapulco que aún siguen caídos y partidos por la mitad, árboles tirados en las calles, semáforos rotos, montones de basura acumulada y agua estancada que comienza a despedir olores fétidos, son el panorama de la devastación que dejó el huracán y que no ha variado mucho desde que el ciclón tropical pegó con furia en la bahía de lo que hasta hace unos días era un puerto paradisiaco.
“Mire, lo que sí puede preocupar es que esa agua que está estancada nos pueda generar problemas de salud, ya que tiene mucho tiempo y nadie la retira. Yo tengo miedo de que pueda atraer insectos con enfermedades”, dijo a La Razón Salvador Reyna, habitante del lugar.
Otro de los problemas es que la falta de insumos ha orillado a la gente a buscar otras maneras de sobrevivir a la tragedia. Y es que decenas de personas, al no haber gas para cocinar lo poco que pueden conseguir, se ven en la necesidad de cortar troncos para tener leña y prender fuego.
Por las calles se puede ver a decenas de personas con carretillas o en carros, aprovechando los árboles caídos, para cortarla y transformarla en leña.