Responder a la violencia con violencia
Combatir la violencia con violencia, genera más violencia y México es muestra de ello. Después de padecer durante casi dos décadas una escalada en los niveles de inseguridad, delictivos y de impunidad, el país se está convirtiendo en tierra de nadie.
Cada día son más comunes las noticias de tiroteos, enfrentamientos y crímenes de alto impacto, pero también de civiles que hacen justicia por su propia mano o comunidades que se organizan para defenderse entre ellos.
Lo que antes eran letreros de “vecino alerta” evolucionó a grupos de autodefensa y justicieros anónimos.
Del otro lado de la moneda, quienes deberían cuidarnos, no lo hacen ya que el entramado institucional de seguridad en el país, en los tres niveles de gobierno, está rebasado o muchas veces las autoridades de seguridad están coludidas con los grupos del crimen organizado.
Ocurre lo mismo con la procuración de justicia: corrupción, colusión e ineficiencia, es por eso que cada vez más personas deciden organizarse para blindarse o hacer justicia, muchas veces con violencia y bajo dos leyes, la de “ojo por ojo” y la de “mejor que lloren en su casa, que en la mía”.
Pese a que son medidas drásticas y fuera de la ley, el hartazgo, la falta de apoyo institucional y no tener otras maneras para solucionar la crisis, orillan a los pobladores a hacer justicia por su propia mano.
Muestra de ello, fue el enfrentamiento registrado durante la semana entre pobladores, comerciantes y productores de Texcapilla, municipio de Texcaltitlán, e integrantes de La Familia Michoacana quienes querían cobrarles derecho de piso.
La zona del sur del Estado de México colinda con Michoacán y con Guerrero e históricamente ha sido una región de conflicto, pobreza y mucho olvido por parte de las autoridades, un problema que se replica en diversos municipios del país.
Además del olvido y las carencias esos tres estados se han caracterizado por la organización comunal para sobrevivir y salir adelante.
El Estado de México, de acuerdo con el más reciente informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), también es de las entidades más violentas del país.
De enero a octubre de este año, la entidad mexiquense fue la segunda con más homicidios dolosos en el periodo de enero a octubre de 2023.
En tan solo 10 meses, las fiscalías locales abrieron 2 mil 222 carpetas de investigación por dicho delito, posicionando a la entidad solo por debajo de Guanajuato que registró 2 mil 668 homicidios dolosos.
Reflejo nacional
De acuerdo con el especialista en seguridad y actual investigador postdoctoral del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Juan Manuel Aguilar Antonio, lo ocurrido en Texcaltitlán, es un reflejo de la situación que se vive en gran parte del país.
“En muchos municipios de México ya no hay la viabilidad de un Estado de Derecho y el nivel de desarrollo de las instituciones gubernamentales, principalmente en el ámbito municipal, no existe prácticamente.
“No hay un nivel de consolidación institucional, no hay un nivel de procuración de justicia y esto promueve la impunidad, que puedan operar a rastras abiertas y como quieran los grupos delincuenciales”, dice el especialista.
Aguilar Antonio también opina que ese tipo de conflictos también nos demuestran cómo las organizaciones delincuenciales penetran a las instituciones de Gobierno y a los políticos solamente les interesa la disputa por el poder. Esto ocurre, principalmente, en el ámbito municipal.
La violencia desmedida, la falta de apoyo de las autoridades y el crecimiento de los grupos delincuenciales, explica el especialista, también ha originado el surgimiento de autodefensas.
“Creo que también es importante ver el reflejo de cómo estados que han presentado este fenómeno de violencia se vincula con el surgimiento de autodefensas o milicias armadas en contra y para combatir la delincuencia en esos espacios locales. Pareciera que poco a poco se va extendiendo de estados tradicionales con ese fenómeno, como puede ser el caso de Guerrero y Michoacán, a la zona del sur del Estado de México.
“También tenemos que entender que la zona del sur del Estado de México es la más alejada de toda la parte de la infraestructura carretera, de los principales puntos económicos y políticos del estado. Es la que está más alejada a la parte del Gobierno estatal, es la que está menos integrada con la zona metropolitana del Valle de México. Entonces vemos ahí un potencial de que este fenómeno de las milicias y las autodefensas puedan empezar a ser una fuerte influencia, un peso en el ámbito de la seguridad pública”, agrega.
Finalmente, el investigador, lo que ocurrió en Texcaltitlán es muy probable que se vuelva a repetir y representará un reto para la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez.
“Va a representar un reto para la gobernadora Delfina Gómez y va a representar un reto que no será de fácil solución. No creo que en el corto plazo pueda haber una estrategia eficiente para poder pacificar esta zona territorial, con lo cual podemos esperar más episodios de violencia. Va a ser un tema político, va a ser un debate trascendental en este Gobierno”, concluye.