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Salud y Negocios / La privatización de la atención médica y sus altos costos


Los elevados costos hospitalarios en el sector privado vienen siendo motivo de conflicto con la industria aseguradora desde hace años, y también un gran factor para impedir o impulsar una mayor cobertura de aseguramiento.

Pero se están moviendo los astros y tal parece que los hospitales privados no tendrán otra más que convencerse de que el rumbo es hacia la transparencia y una verdadera competencia con reporte de indicadores que a los pacientes y familias nos permita comparar.

Es algo sumamente relevante para el sistema de salud mexicano dada la inminente e innegable privatización de la atención de la salud en México.

Con la pandemia quedó muy claro que el sector público está rebasado y una gran proporción de familias han tenido que recurrir a la atención privada desembolsando de su gasto familiar. El gasto de bolsillo, ya lo dijo el INEGI, se elevó en 40% en 2020, y eso afecta la economía familiar sobretodo si hay costos privados descontrolados.

Resulta que gracias a la colaboración público-privada que se dio entre hospitales para atender la pandemia ha surgido información valiosa sobre los costos que siempre habían sido secreto sagrado para esa industria.

Lo que se revela es que hay una enorme disparidad entre los costos reales conque operan los hospitales y los precios en que se cobran al paciente.

Para muestra dos botones:

En el convenio con Gobierno, el precio de atención de parto y puerperio fisiológico la industria definió un costo de 8,909 pesos. Y sin convenio ese mismo procedimiento en un hospital privado cuesta 25,000 pesos en promedio. Una diferencia de casi el triple.

Otro caso comparable es el de una laparoscopia: en el convenio se definió un costo de 13,000 pesos y sin convenio asciende a 34,000 pesos en promedio.

Son datos que dan un claro indicio de que hay un amplio espacio para avanzar hacia un mayor acceso de la salud en el lado privado.

Los compartió Sofía Belmar la directora general de la Asociación Mexicana de Industria de Seguros (AMIS) en el panel “El futuro de la salud post pandemia”, como parte del Expansión Summit que se desarrolla esta semana en línea.

Esa disparidad de precios repercute en una inflación médica desmesurada: Mientras que la inflación general en 2020 fue de 3.15%, en el renglón de atención a la salud fue superior a 15%. Cinco veces por arriba. Es algo insostenible, sobretodo si consideramos que cada vez más mexicanos acuden a servicios médicos privados para atenderse, y durante la pandemia eso se ha exacerbado.

Las estadísticas dicen que son 8 de cada 10 mexicanos los que tienen acceso al servicio público de salud, pero aún así la mitad de esos que se supone están cubiertos acude a atenderse en servicios privados y eso tiene un impacto económico severo.

¿Cual es la propuesta aquí? La misma Sofía Belmar responde: “No una regulación de precios pero sí transparencia en tratamientos y costos de los mismos en términos de calidad y precio para la población en general”.

Como dice el doctor Eduardo González Pier -autor del primer ranking de hospitales privados y que en noviembre lanzará la segunda edición junto con Funsalud y Expansión-, tener información es prerrequisito para poder mejorar. Y a todos nos conviene un sistema transparente donde la gente pueda decidir dónde atenderse con base en estadística robusta y confiable de quienes prestan mejores servicios.

Porque hasta ahora el único indicador conque contamos en hospitales privados es el precio.

No hay duda que gracias a las terribles experiencias de la pandemia podemos sacar hacia adelante lecciones que bien aprovechadas pueden ser positivas y en favor del sistema nacional de salud y de una atención más eficiente a los pacientes mexicanos.

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SofíaBelmar, Presidenta de AMIS