Información dada a conocer por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), revela que en México solo 6.5 por ciento de las viviendas y 18 por ciento de las empresas cuenta con un seguro por voluntad propia de su dueño (20 por ciento de las casas tiene algún seguro ligado a su crédito hipotecario), lo cual es altamente riesgoso para su patrimonio ya que nuestro país es uno de los territorios más expuestos a riesgos catastróficos como sismos, huracanes, heladas, inundaciones, granizadas, etcétera.

Norma Alicia Rosas, directora general del organismo, expuso la preocupación del organismo ante la falta de conciencia de la población hacia el aseguramiento de sus casas y empresas, pues las catástrofes naturales cada vez son más frecuentes y causan más pérdidas (tanto humanas como materiales), generando así un alza en el impacto económico que generan a las familias y a los gobiernos.

De acuerdo con el Atlas Nacional de Riesgos elaborado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), 45 por ciento del territorio nacional está expuesto a inundaciones y 40 por ciento es clasificado como zona sísmica, lo que tiene un impacto en alrededor de 77 millones de personas.

Si bien, 2020 fue un año con pocos huracanes, aún así los daños asegurados se registraron en 4,300 millones de pesos (un aumento de 80 por ciento respecto a 2019). Para este año, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha pronosticado al menos entre 16 y 18 huracanes y poco menos de 20 tormentas tropicales.

Asimismo, la directiva compartió que de las 10 catástrofes naturales con mayor impacto económico ha habido, cuatro han sido huracanes:  Wilma, en octubre de 2005, con daños asegurados por 2,402 millones de dólares; Odile. en septiembre de 2014, con un costo de 1, 292 millones; Gilberto, en 1988, con indemnizaciones por 1,166 millones de dólares; e Isidore, en 2002, con monto de 425 millones de dólares.