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Covid-19 asfixió las cadenas de suministro y desnudó las debilidades del sector salud


La pandemia producida por la COVID-19 asfixió las cadenas de suministro de todo el orbe y desnudó las debilidades del sector salud. Ahora bien, como aspecto positivo de dicha conmoción, el segmento sanitario respondió con rapidez al shock epidemiológico. Por consiguiente, en un abrir y cerrar de ojos migró gran parte de sus servicios a plataformas virtuales y tecnologías digitales, de tal suerte que la atención de los pacientes no sufriera interrupciones a causa del virus SARS-CoV-2. 

Asimismo, la industria médica centró esfuerzos en el desarrollo de herramientas tecnocientíficas y desempeñó un rol crucial para que los laboratorios probaran qué tratamientos funcionaban contra la neumonía atípica que produce el nuevo coronavirus, sin perder de vista que contribuyeron al veloz desarrollo de las vacunas anti COVID-19.

Así lo sostiene Leticia Rodríguez, socia responsable del sector Sanidad y líder de Consulting en el segmento farmacéutico de PwC (PricewaterhouseCoopers), en una publicación de su autoría para la consultora que representa, en la que indica que durante el resto de 2021, la industria médica centrará gran parte de su interés en ayudar a las cadenas de suministro del sector sanitario a ganar mayor flexibilidad, tarea que servirá para desarrollar una estrategia integral que permita a los países mitigar con mayor eficacia las próximas crisis epidemiológicas que sacudan a la sociedad. 

En el informe, Rodríguez analiza los cuatro temas que más deberían preocupar a los grandes proveedores de servicios sanitarios, a las aseguradoras, a las farmacéuticas, a los nuevos competidores del sector salud y a toda la fuerza laboral que compone a la industria médica. Y son los siguientes:

Avances en el cuidado virtual

Tras el pico en el uso de consultas virtuales producido en la pandemia, la demanda de atención médica en línea seguirá siendo alta, una vez que la vacuna contra la COVID-19 se generalice. Por ello, los proveedores de atención sanitaria deberían desarrollar estrategias de atención virtual integrales, y con visión de futuro, que tengan sentido tanto desde la perspectiva comercial como de la atención al paciente.

No obstante, deben evitar la desigualdad en el acceso a la atención virtual entre las poblaciones vulnerables que no tienen los dispositivos móviles, la conectividad y la alfabetización digital necesarios para beneficiarse de ella.

Además, abordar la protección de la privacidad y la seguridad de los datos médicos, impulsando esfuerzos de ciberseguridad en la medida en que más personas aprovechan la telemedicina, utilizan aplicaciones de atención médica o dispositivos de seguimiento remoto.

Aprovechar el potencial del análisis de datos

La COVID-19 es la primera pandemia en la era de la inteligencia artificial y el big data. Sin embargo, cuando irrumpió, las organizaciones no tenían la información básica para responder.

Por lo anterior, el siguiente paso consiste en aprovechar los datos para mejorar los resultados médicos reduciendo costos; además, impulsar colaboraciones entre los sistemas de salud, investigadores médicos, organizaciones comunitarias, farmacias, gobiernos, entidades locales y tecnología para generar conocimiento a partir de los datos sanitarios y poder identificar tendencias.

También, desarrollar una cultura basada en datos, en la que la información se utilice para generar nuevas perspectivas.

Ensayos clínicos cada vez más digitales

La interrupción de los ensayos clínicos presenciales provocada por la pandemia obligó a los investigadores a adoptar tecnologías digitales y herramientas de atención remota para gestionar algunos aspectos de las pruebas de forma virtual.

Lo que sigue es determinar qué estudios son adecuados para el modelo “digital” y, en el caso de los sondeos descentralizados, examinar la viabilidad de realizarlos en ubicaciones no convencionales. Además, medir qué ahorros se generarían con este tipo de pruebas y no esquivar las preocupaciones de los consumidores.

Cadenas de suministro más resilientes

Derivado de las debilidades de la cadena de suministro, la industria debe tener en cuenta factores como el riesgo y la resiliencia, el desarrollo de un ecosistema más amplio, el análisis de costos contra beneficio, los incentivos fiscales y la disponibilidad de talento; así como cerrar alianzas que permitan innovar, impulsar la resiliencia y ayuden en la distribución de un producto.

Finalmente, se debe invertir en la fuerza laboral del futuro, que comprenda la tecnología y el poder de los datos, incluyendo la inteligencia artificial, o la automatización, cada vez más relevantes en las cadenas de suministro.

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