Desde que el virus SARS-CoV-2 irrumpió en nuestra vida a comienzos de 2020, la conciencia social sobre la prevención ha crecido a pasos agigantados. En este escenario, la salud en general ha cobrado más importancia que nunca. Ahora bien, en dicho contexto no debe dejarse por fuera la higiene bucal,  cuidado que es igual de vital por los riesgos epidemiológicos que puede llevar aparejados y que muchas veces suelen ser minimizados.

Por ello, AXA Seguros detalla una serie de medidas básicas que debemos incluir en nuestra rutina para una correcta prevención de enfermedades bucodentales: 

– Cepillado dental: Es importante cepillar los dientes dos o tres veces al día y hacerlo al menos durante dos minutos. Según los expertos, el correcto cepillado de los dientes limpia aproximadamente  60 por ciento de la superficie bucal. Además, se recomienda esperar al menos 30 minutos tras terminar la comida para dar tiempo a la saliva de actuar contra los ácidos que se quedan en el esmalte.

– Use una buena técnica de cepillado: Tome el cepillo en un ángulo de 45 grados respecto a las encías y vaya cepillando de atrás hacia adelante con un movimiento circular. El movimiento debe ser de arriba abajo; de esta forma se eliminará la mayor cantidad de placa posible. Intente no presionar demasiado y no usar cepillos de cerdas demasiado duras.

– Utilizar pastas o enjuagues bucales específicos: Si puede incluir en el cepillado pastas o enjuagues bucales que contengan principios activos antisépticos se podrán controlar los microorganismos de una forma mucho más eficaz. También es recomendable utilizar pastas específicas si se tienen problemas de encías o de sensibilidad dental.

– Completar con una limpieza interproximal: Para evitar que la placa bacteriana se acumule allí donde el cepillo no llega se recomienda usar algún elemento de higiene interdental de los muchos existentes: seda dental o hilo dental, irrigadores, flosser dentales –pequeños arcos con hilo dental-, etcétera. Si el cepillado limpia 60 por ciento de la superficie de los dientes, la limpieza interproximal logra hacerlo con el 40 por ciento restante.

– No olvidar la lengua: No es menos importante, y se debe emplear un limpiador lingual para evitar el crecimiento de los microorganismos presentes en la lengua que pueden ser causa, entre otras cosas, de mal aliento.

– Correcto mantenimiento del cepillo de dientes: El cepillo de dientes es una herramienta de limpieza muy útil que debe ser conservada de forma cuidadosa para evitar la proliferación de patógenos en los filamentos, especialmente en lugares húmedos o que no dispongan de una buena ventilación. Por ello, es necesario enjuagarlos y escurrirlos bien después de cada uso y usar capuchones con aireación para minimizar la humedad y asimismo proteger el cabezal del cepillo y sus filamentos. Además, el cepillo debe mantenerse en posición vertical para favorecer su correcto secado y, tras un proceso infeccioso, debemos sustituirlo por otro para reducir el riesgo de reinfección.

– Realice una limpieza en el dentista al menos una vez al año: Este tipo de limpieza profesional conseguirá eliminar de una forma eficaz la acumulación de placa y sarro que no hemos podido retirar con nuestra higiene dental habitual y previene así un buen número de complicaciones bucales.