La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido un modelo, llamado la matriz de Haddon, que permite ordenar las intervenciones médicas en función de si un accidente de tránsito es causado por el factor humano, mecánico o vial, y el momento en el que se debe actuar, revela la organización Ponle Freno en un reporte.

La información de la plataforma enfocada en la seguridad vial y la reducción de los accidentes de tráfico, detalla que es muy importante conducir de forma responsable, pero también lo es actuar de forma correcta antes y después de sufrir un accidente de esta índole.

De ahí que, para reducir la gravedad de las lesiones tras un accidente de tráfico, la matriz de Haddon sugiere adoptar estas medidas:

El conductor

Es imprescindible para reducir la gravedad de las lesiones que tanto el conductor como el resto de los ocupantes cumplan y usen los sistemas de seguridad del vehículo, como el cinturón de seguridad, el reposacabezas o el airbag.

Estos sistemas de seguridad pasiva no van a evitar los accidentes, pero sí que reducirán las lesiones producidas.

El vehículo

– El cinturón de seguridad es sin duda el sistema que ha demostrado mayor efectividad para prevenir lesiones y muertes (50 por ciento, conductor y acompañante; 25 por ciento, ocupantes de asientos posteriores).

– En cuanto a la seguridad de los niños, el sistema de retención infantil (SRI) debe emplearse correctamente en todos los trayectos.

En este caso, el asiento posterior en sentido contrario de la marcha es el lugar más seguro para los menores y, en el caso de situarlo en el asiento delantero, hay que desactivar el airbag.

Además, es importante comprobar que el SRI es el adecuado para el tamaño del niño, como por ejemplo, usar un asiento con respaldo hasta superar los 150 centímetros.

– El airbag complementa la función del cinturón y protege del impacto contra las estructuras del vehículo.

Los frontales protegen al conductor y copiloto, y los laterales protegen en caso de vuelco o de impacto lateral.

– Los reposacabezas son una herramienta de protección cervical puesto que evita el movimiento excesivo y el latigazo cervical.

Para su correcta colocación, debe situarse a unos cuatro centímetros de la cabeza y la altura de la protección central de este tiene que coincidir con la de los ojos. No debe estar inclinado más de 25 grados y no se debe conducir con la cabeza apoyada a él.

– En el caso de los motociclistas, el casco siempre debe ajustarse perfectamente, no tener movilidad, cubrir por encima de las cejas sin tapar los ojos o reducir la visión periférica, estar siempre abrochado y la visera debe llevar un mantenimiento para no reducir la visibilidad.

Asimismo, es conveniente que los motoristas lleven otros elementos protectores como hombreras, coderas, rodilleras, e incluso airbag. Los pantalones, chaquetas, guantes y botas deben ser de kevlar o piel para aumentar su protección.

La vía y el entorno

Las barreras metálicas de doble onda pueden ocasionar lesiones graves en motoristas o ciclistas que sufran un impacto contra él. Por lo que, el balizamiento de estas puede evitar estas graves consecuencias.