Póliza estudiantil, asegura el futuro de tus hijos
Padre previsor, vale por dos. Garantizar la educación superior de tus hijos desde temprana edad podría ser la mejor inversión de tu vida. Los seguros educativos te permiten ahorrar desde el nacimiento de tu hijo para que, llegado el momento, pueda costear sus estudios universitarios o hacer algún posgrado.
A diferencia de otros instrumentos de ahorro que funcionan como fideicomiso, este tipo de seguros también protege a los padres del menor (por invalidez o fallecimiento) y les brinda la certeza de que cuando su hijo cumpla la mayoría de edad recibirá el capital que ahorraron durante 18 años o más, según el plan contratado.
¿Otra ventaja? Los seguros educativos no fijan restricciones para el retiro del dinero y no ponen en riesgo el monto acumulado, así que al término de la vigencia se entregará el capital al padre contratante o, en caso de que ya no esté, al beneficiario.
Elige el mejor para ti
El mercado de aseguradoras es vasto, sin embargo algunas compañías ofrecen mejores productos o servicio al cliente que otras; para que tu experiencia sea la mejor, revisa la información que la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) tiene publicada en su página web sobre estas entidades financieras.
Pero no olvides que “el mejor seguro educativo es aquel que se ajusta a tus necesidades y las de tu familia”, dice Ana Lucía Prado, especialista en seguros educativos de MASS Asociados.
“No debe generar un desequilibrio en el presupuesto familiar, ya que el ahorro se deberá hacer durante muchos años y la meta debe ser alcanzable y sostenible a lo largo del tiempo”, explica Prado.
Acercarnos a un asesor será útil para desarrollar la estrategia que nos permita como familia llegar al monto objetivo sin mermar nuestra economía.
La clave de oro para contratar un seguro educativo es hacerlo desde que los hijos nacen, ya que entre más pequeños sean, más económica será la mensualidad y el largo plazo (18 años) jugará a tu favor, gracias a la magia del interés compuesto.
Las letras pequeñas
En esencia todos los seguros educativos ofrecen los mismos beneficios, pero necesitas saber que no todos cuentan con las mismas garantías ni coberturas.
Ana Lucía Prado sugiere elegir los que ofrecen “exención de pago de primas”, pues protegen al menor en caso de fallecimiento o invalidez total y permanente de los padres o tutores.
La protección por fallecimiento entrega al beneficiario la suma asegurada en caso de que el contratante pierda la vida; posteriormente, cuando el beneficiario cumpla 18 años de edad, independientemente de si se matriculó en una universidad, o no, recibirá el monto asegurado nuevamente. La protección por incapacidad total y permanente se entrega cuando el padre o tutor pierde la capacidad de generar recursos económicos; la compañía otorga el dinero asegurado al contratante (papá, mamá, tíos, abuelos) en una sola exhibición o en rentas mensuales, exentas de pago de primas. Cuando el menor cumple 18 años recibe de nueva cuenta el capital para continuar con sus estudios.
Algunas compañías también ofrecen la posibilidad de asegurar la vida de ambos padres, para que estén protegidos junto con el menor beneficiario.
También se puede contratar un seguro mancomunado, en el que ambos padres adquieren el seguro; si mueres antes de que tu hijo cumpla la mayoría de edad, tu pareja puede cobrar la suma establecida en el contrato del seguro educativo y cuando el menor cumpla 18 años volverá a cobrar la misma cantidad para su educación. De esta manera se aseguran los dos cónyuges y garantizan que la educación de su hijo esté pagada cuando llegue el momento.
Compara antes de decidir
Una vez que la familia tomó la decisión de contratar un seguro educativo, debes comparar la oferta existente en el mercado: precios, características, requisitos, beneficios y restricciones. Este análisis te permitirá elegir el que más convenga a tu situación personal.
Ilona Dluzhynska, directora ejecutiva de la agencia Amo mis finanzas, asegura que es importante contar con el apoyo de un asesor financiero que te ayude a entender por completo el contrato al que estarás comprometido y a determinar el presupuesto que debes destinar al seguro educativo, así como a establecer prioridades y distribuir el ahorro para la educación de tus hijos de manera equitativa, en el caso de que tengas más de uno.
Asimismo, te ayudará a determinar si la periodicidad de las aportaciones será mensual, trimestral, semestral o anual. Los periodos de aportación de estos seguros son de 18, 20 o 22 años, de acuerdo a la edad de tu hijo al momento de contratarlo y a la expectativa de ahorro que tengas.
La especialista en finanzas personales Ilona Dluzhynska recomienda elegir un seguro educativo en UDIS (Unidades de Inversión) o dólares, para que la inflación no se coma tu ahorro a lo largo del tiempo; de esta manera aseguras que tu hijo recibirá la suma asegurada en esa divisa o valor y tu ahorro será más cercano al que tenías planeado. Recuerda que los costos de las universidades suben año con año.