Ricos y Poderosos / Propiedad intelectual, potencial ¿inadvertido?
El gobierno de México debe colocar a la Propiedad Intelectual, como eje rector de sus políticas públicas, para apuntalar y catapultar la economía nacional.
El objetivo principal es, maximizar el valor de la innovación y su protección, en beneficio de la sociedad, de las personas, de las empresas y de las comunidades.
México cuenta con un marco legal de avanzada en la materia pero todavía existe un enorme desconocimiento, incluso entre las autoridades, sobre el impacto positivo que puede tener la Propiedad Intelectual, en una gran diversidad de sectores productivos del país.
Entre los principales obstáculos que hoy impiden a México equipararse con otras naciones del Continente y con las naciones desarrolladas, están el desconocimiento de la potencialidad que tiene la Propiedad Intelectual, la desorganización y la corrupción.
El modelo de Propiedad Intelectual mexicano, es uno de los mejores a nivel regional, sin embargo, su aparato de persecución y sanción de la piratería “no tiene dientes”. Se requiere profundizar en el conocimiento, la educación y la cultura en torno a la Protección Intelectual y generar una voluntad política que lleve a la coordinación de los sectores público y privado, para convertirla en un eje rector, que propulse y “monetice” (convertir en dinero un activo) su valor, en favor del país y de la sociedad.
La Secretaría de Economía, que encabeza Raquel Buenrostro, tiene una gran oportunidad para impulsar el crecimiento del Producto Interno Bruto, a través de una política de Estado en materia de propiedad intelectual.
La funcionaria podría reproducir el éxito que tuvo en el SAT al cobrar impuestos a los grandes contribuyentes, si se enfoca en el valor potencial que tiene la Propiedad Intelectual.
Después del narcotráfico, la piratiería está en segundo lugar por el volumen de recursos ilícitos que generan tales actividades.
El gobierno mexicano podría combatir la piratería, beneficiar a la economía legal, a los negocios, con la protección de sus marcas y aumentar el valor del PIB.
A pesar de que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial ha sido un referente y tiene amplio reconocimiento en Centro América y Latinoamérica –sus representantes administrativos han liderado grupos de trabajo de la Organización Mundial de la Propiedad Industrial–, su marco normativo debería ser modificado para que pueda retener un porcentaje de los recursos que generan sus actividades, para fortalecer a la propia institución y lograr un impacto expansivo en todos los sectores productivos.
Esas son algunas de las ideas más importantes del mexicano Enrique Díaz, presidente de la Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual (ASIPI), organización que agremia a más de mil abogados practicantes y especializados en propiedad intelectual y que el próximo año 2024, cumple 60 años de existencia.
Este 6 de diciembre, Díaz deja el cargo, aunque permanece en la organización, en calidad de miembro del comité consultivo y cabeza del grupo de expresidentes del organismo, además de que continúa como socio de Goodrich, Riquelme y Asociados.Su perspectiva tiene el valor de la experiencia internacional y sus propuestas están marcadas con un claro perfil nacionalista.
De acuerdo con el último estudio sobre las marcas en América Latina y su impacto económico en 10 países de la región, México incluído, la contribución de los sectores intensivos en marcas, al comercio internacional, muestra que: 1.- La contribución de los sectores intensivos en marcas, a las exportaciones, es del 31% y varía desde el 10% al 71%, según el país; 2.-La contribución a las importaciones es del 34% en promedio y varía entre el 17% y el 50%, según el país; 3.- Para el conjunto de los diez países estudiados, de cada 100 dólares exportados, 17.8 corresponden a productos intensivos en marcas. Análogamente, de cada 100 dólares importados, 2.7 dólares son productos intensivos en marcas.
La conclusión de lo que el experto observa es que México ha avanzado mucho en materia de Propiedad Intelectual. Las reformas realizadas en el año 2020 son muy positivas. Pero todavía hay mucho por hacer para impulsar la economía nacional con la aplicación de una política de Estado en materia de Propiedad Intelectual. Ojalá su voz la escuchen en el gobierno y la iniciativa privada. Al tiempo.