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Salud privada, un sector en la mira


El momento en que se dieron cuenta de que el virus SARS-CoV-2 podría convertirse en un problema de salud mundial fue en febrero de 2020. Los altos niveles de propagación de la enfermedad covid-19 y su gravedad se los indicaron. Su respuesta fue automática, de inmediato escribieron dos cartas, una para el gobierno federal y otra dirigida al sector de hospitales privados en México. El asunto: ofrecer la tecnología médica que podría servir para atender la emergencia, desde equipos de protección para el personal de salud hasta pruebas de diagnóstico y equipo médico, como ventiladores, monitores, glucómetros, oxímetros y concentradores de oxígeno.

Uno de los destinatarios respondió rápido. Los hospitales privados comenzaron a tomar decisiones de adquirir insumos necesarios para enfrentar la pandemia. "Pero las respuestas que recibimos de las autoridades federales fueron un poco menos rápidas de lo que esperábamos", recuerda Ana Riquelme, directora general de la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID), que representa a 36 empresas del sector.

En una reunión, incluso, pidieron a representantes de la Secretaría de Salud que les compartieran un número aproximado de los insumos que necesitarían para atender a pacientes con covid-19. "Nos manifestaron números muy tradicionales que nos dejaron un poco preocupados". admite Riquelme, quien fue directora de Dispositivos Médicos de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica.

La respuesta contrastó con el sector de hospitales privados. "Las decisiones que tomaron trajeron como resultado que los hospitales privados estuvieran suficientemente preparados, incluso, con pruebas diagnósticas desde un principio", explica la especialista.

Ya en medio de la emergencia sanitaria, las mejores previsiones pasaron a segundo término, pues el gobierno federal decidió unir esfuerzos con los hospitales privados a través de convenios para garantizar la atención sin costo a pacientes que requirieran tratamientos médicos.

Fue un guiño para el sector integrado por 2,855 hospitales no gubernamentales, que incluye hospitales privados, universitarios, de la sociedad civil y algunos administrados por órdenes religiosas, de acuerdo con el INEGI.

Estas unidades representan más del doble de los hospitales públicos, y concentran alrededor de 33% de la capacidad instalada del sistema hospitalario, medido en número de camas.

Además, mientras que los hospitales públicos suelen ser de gran tamaño -en promedio, 60 camas o más- y están localizados en las ciudades grandes y medianas del país, 91% de los privados tiene menos de 25 camas y se ubican en las principales ciudades de los estados de mayor desarrollo del país.

"Empieza a haber más jugadores, particularmente, en algunas ciudades de provincia", detalla Recaredo Arias Jiménez, director general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

"Pero está realmente muy asimétrico, porque hay ciudades que sí están aumentando su carta, pero otras no.

En algunas está muy concentrada la oferta de hospitales, incluso todavía falta que se certifiquen algunos hospitales y esto nos dificulta mucho el cumplimiento de las disposiciones que indican que, nosotras las aseguradoras, tenemos que trabajar con hospitales certificados".

El crecimiento es evidente, por ejemplo, en la Ciudad de México. En 1982, cuando inició operaciones el hospital Médica Sur, había 239 camas disponibles en los alrededores. Hoy son mas de 600.

De hecho, la Ciudad de México es una de las seis entidades que concentran 52% de la capacidad instalada de los hospitales privados del país. Los cinco restantes son el Estado de México, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León y Puebla.

"La competencia es bienvenida, por lo mismo, nos obliga a hacer cada vez mejor las cosas para que los pacientes y los médicos nos sigan prefiriendo", dice Juan Carlos Griera, director general de Médica Sur.

El incremento en la oferta trae consigo desafíos. La poca información y transparencia de cara a los pacientes, la falta de prácticas médicas grupales y protocolos generalizados de atención, la carencia de esquemas de financiamiento y el acceso limitado son las principales áreas de oportunidad del sistema privado de salud en México, coinciden los especialistas.

"El tema de la transparencia viene de una relación asimétrica médico-pacientehospital. El paciente está en una situación vulnerable, ya sea por el tema de salud, por el económico o por no saber si se atiende con el mejor profesional", considera Alejandro Alfonso, director general del Centro Médico ABC.

"Los incentivos económicos y profesionales están alineados en toda la cadena de valor de una forma tal que el paciente es un medio y no un fin: necesitamos a gente enferma para que todo esto funcione, en lugar de poner al paciente en el centro de todas nuestras decisiones".

¿QUE ROL JUEGAN LOS HOSPITALES PRIVADOS EN EL SISTEMA DE SALUD? Victoria Montoya tiene 68 años y hace 29 fue diagnosticada con diabetes tipo 2. Desde entonces, su rutina incluye la visita constante a hospitales para recibir tratamientos para atender el padecimiento y sus secuelas. Requiere consultas periódicas con especialistas dentales, endocrinólogos, nutriólogos, psicólogos y terapeutas.

Es derechohabiente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), pero siempre es atendida en hospitales privados. "Me resuelven el problema de salud y el precio es elevado, pero la atención es eficaz", dice la profesora jubilada del Estado de México.

"[Si me atendiera en el sector público], tendría que hacer fila desde las tres de la mañana en mi clínica familiar para la consulta".

Cada mes, Montoya destina 5,000 pesos a la atención en hospitales particulares que ofrece su seguro de gastos médicos. Y no es la única que, pese a contar con cobertura pública, decide atenderse en el sector privado.

La Encuesta de Acceso a la Salud y Estado de Derecho durante la contingencia de covid-19, realizada por el World Justice Project, indica que para 70.7% de las personas en México es algo difícil cubrir los gastos de un médico u hospital privado.

Pese a ello, 64.7% elegiría acudir a un hospital privado.

Muchos de los pacientes prefieren la atención médica en hospitales privados porque el Sistema Nacional de Salud en México es uno de los que más deficiencias de financiamiento tiene en el mundo, lo que implica racionamiento de los servicios, falta de eficiencia y una percepción de mala calidad en los servicios públicos, retrata el reporte 'Pequeños pasos para transformar el sistema de salud', realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y el Centro de Análisis de Datos para la Salud.

El 47% del gasto total en salud proviene del gasto privado y, aproximadamente, 85% corresponde al gasto de bolsillo, que es la proporción del gasto que las familias destinan a través de gastos directos, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares.

Para Arias, de la AMIS, uno de los desafíos que hay que resolver es la inflación médica, que se refiere a un crecimiento acelerado en el índice Nacional de Precios al Consumidor para los productos y servicios de salud. Tan solo en el último año ha superado hasta cinco veces la inflación general.

"Debe haber mucha conciencia de un trabajo conjunto para ver cómo puede haber ese manejo de los costos de forma tal, que pueda repercutirse en forma racional al paciente y que siga habiendo accesibilidad del paciente a los servicios de salud".

La pandemia de covid-19 ha evidenciado la disparidad de precios que se manejan en el sector privado. Cifras de la AMIS indican que el tratamiento de la enfermedad que causa el virus SARS-CoV-2 en hospitales privados tiene un costo promedio cercano a 400,000 pesos por paciente.

Pero si se requieren las unidades de cuidados intensivos y la intubación, el monto supera el millón de pesos e, incluso, hay un caso en el país de un paciente que alcanza los 25.5 millones de pesos.

"Hay una disparidad en precios muy grande", considera el representante de la AMIS. "En algunos casos de procedimientos, depende mucho de la tecnología que se use, del médico tratante, de la ciudad, de las propias instalaciones del hospital qué tan sofisticadas estén, de los equipos quirúrgicos, de los diagnósticos que, en un momento dado, se utilizan y también del tipo de tratamiento que se utiliza para atender la enfermedad".

Desde el sector asegurador, la propuesta es que se publiquen y se transparenten los precios para que haya certeza por parte del paciente y que, con información suficiente, ejerza su libertad de elegir o hasta de negociar. También proponen estandarizar procedimientos.

"En Estados Unidos, por ejemplo, los procedimientos están perfectamente estandarizados, se les ponen puntos y a esos puntos que tienen como estándar cada hospital le pone un precio", describe Arias.

Esto, sin llevar a la estandarización o pacto ilegal de precios entre hospitales, como ocurrió en Jalisco, donde seis hospitales fueron multados en 2013 por la Comisión Federal de Competencia por pactar ¡legalmente incrementos en los precios que cada uno de ellos cobraba a empresas aseguradoras por servicios médicos.

El director general del Centro Médico ABC identifica, por su parte, dos soluciones más a los altos costos y su disparidad: 1) pasar a un modelo en el cual se pague una tarifa fija por paciente internado por día, sin importar el tratamiento que reciba. 2) apostar por un un modelo centrado en el paciente, donde se dé mayor valor por cada peso gastado.

NO ES UNA LUCHA DE HOSPITALES PÚBLICOS CONTRA LOS PRIVADOS En septiembre de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó el Hospital Rural Hidalgo, en Tamaulipas. Ahí, el mandatario reafirmó su compromiso: que el país cuente con un extraordinario sistema de salud pública.

"¿Cómo vamos a sacar adelante el sector salud, que tengamos salud pública para el pueblo, que signifique protección, seguridad social? Con los trabajadores de la salud. Todos a ayudar, nos vamos a sentir muy orgullosos. Vamos a presumir, podremos contarle a los hijos, a los nietos que durante mucho tiempo hubo un régimen corrupto, de privilegios, se empobreció al pueblo hasta que nos pusimos de acuerdo y dijimos: 'Basta, entre todos sacamos adelante a nuestro querido México'", dijo.

Pero el público es solo uno de los pilares del sistema de salud en México. El otro es el privado.

El reporte 'Estudios de la OCDE sobre los sistemas de salud' indica que, en el país, hay 11.4 hospitales de propiedad pública y 28.6 privados por cada millón de habitantes. "El sector privado es una parte importante de todo el sistema de salud", destaca la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

"No hay un sistema de salud en algún lugar del mundo que sea químicamente puro, como un sistema totalmente público o como un sistema totalmente privado", dice Arias.

"Hay sistemas de salud que tienen una parte pública muy relevante y que están fondeados incluso por impuestos, como el caso de España e Inglaterra, y en cierta medida, Holanda, Alemania, Canadá, pero también hay espacio para la medicinay los hospitales privados".

Ana Riquelme, de la AMID, señala que uno complementa al otro. "El sistema de salud público no puede atender al 100% de la población por puro volumen, no hablo de calidad ni de eficiencia; de volumen.

Ahí es donde los hospitales privados en términos de volumen hacen un fuerte".

Por ello, indican los especialistas, las colaboraciones -como la que surgió para hacer frente a la pandemia de covid-19deben no solo mantenerse, sino también extenderse a prevención. De esta forma, la capacidad instalada de los hospitales privados, por ejemplo, tendría un mayor aprovechamiento, mientras que las necesidades de la población serían atendidas de forma más oportuna. "La oportunidad que veo es que el gobierno se anime a dialogar más con el sector privado", concluye la directora de la AMID.

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