Al conocer mejor a los clientes y abrir las puertas para estrechar relaciones entre ambos, los datos son considerados el factor X de la digitalización dentro del mercado asegurador hoy en día, ya que ofrecen a las compañías la posibilidad de acercarse a sus consumidores ofreciéndoles desde un principio los productos, las experiencias y los precios que ellos esperan.

Esto significa que la oferta de valor de las aseguradoras crezca y ayuda también a que puedan trabajar en canales de distribución que se adapten a las necesidades de los nuevos clientes, teniendo así un elemento vital competitivo.

Las afirmaciones anteriores fueron hechas por Dave Ovenden, líder global de Precios, Productos, Reclamaciones y Suscripción (PPCU) de Willis Towers Watson, empresa global de gestión de riesgos y corretaje de seguros, en un artículo que recalca la importancia de que la industria del seguro migre completamente hacia terrenos digitales -si bien no en cuanto a asesoramiento por parte de los agentes, si en procesos internos y operaciones de las organizaciones-, pues esta es la clave para su crecimiento.

Ovenden explica que actualmente -y sobre todo con la llegada de la COVID-19 al mundo-, algunos productos de seguros se volcaron más hacia el comercio digital por facilitarse más de acuerdo a su operación. Ejemplo de ello son los seguros de líneas personales como los de Automóviles o de Hogar, ya que al ser más homogéneos, la conectividad y la distribución tecnológicas, combinadas con un entorno regulatorio de apoyo, ha permitido a muchas aseguradoras hacer grandes avances en el tema en los últimos años.

Sin embargo, en el caso de los demás productos, existen aún muchos desafíos que enfrentar por su propia complejidad y las exposiciones con una variedad tan amplia de términos y desencadenantes potenciales, o incluir riesgos múltiples distribuidos geográficamente. Al intentar agregar coberturas configuradas y personalizadas, el reto es aún mayor pues cada cliente necesita una experiencia diferente.

El directivo de Willis Towers Watson enfatiza en que la capacidad de negociar este tipo de amenazas complejas de forma digital requiere varios componentes, desde superponer el apetito por el riesgo y capturar redacciones personalizadas, hasta recopilar información detallada sobre la exposición, como ubicaciones de fábricas y oficinas.

“Estos componentes también determinan la capacidad de una aseguradora para rastrear cada elemento que entra en la aceptación y el precio de un riesgo como parte de las negociaciones de colocación y los procesos de renovación”, apunta Ovenden.

Por ello, ante estos escenarios es que los datos son el punto medular hacia el avance de la digitalización de la industria; ya que, como se mencionó, si se usan de la manera adecuada, podrán ayudar a establecer procesos y canales de distribución para que los productos lleguen a los consumidores de una forma eficaz, rápida, transparente y del mismo modo, sean rentables para las compañías.