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El reto de las aseguradoras en Latam: “enamorar” a personas para mantener su seguro médico


La baja tendencia en la adquisición de seguros médicos, concretamente, podría comenzar a cambiar a raíz de una pandemia que no da tregua. América Latina se ha visto ajena a la alta penetración del sector asegurador en otras partes del mundo ante las crisis económicas continuas, un bajo poder adquisitivo de la población y la falta de educación financiera y capacidad de ahorro en la región.

Sin embargo, la baja tendencia en la adquisición de seguros médicos, concretamente, podría comenzar a cambiar a raíz de la pandemia de Covid-19 que continúa sin dar tregua luego de 24 meses.

El mercado asegurador en la región experimentó una caída del 11,9% en primas en 2020 a los US$134.361 millones, de los cuales el 57% se registró en seguros de No Vida y el 43% en seguros de Vida a medida que el Producto Interno Bruto (PIB) y las monedas en la región se debilitaron, según el más reciente informe de Mapfre Economics. Así, la participación del sector en Latinoamérica en el total mundial se redujo una vez más para situarse en 2,1%, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE, de 8,9%.

Chile fue el mercado que más se vio afectado con una contracción del 15,3%, seguido por Ecuador (-5,3%), México (-3,1%), Perú (-2,4%) y Brasil (-2%).

En contraste, de acuerdo con Swiss Re Institute, la industria mostró más resiliencia a la pandemia de Covid-19 de lo que se esperaba, en un entorno en el que el Banco Mundial prevé que el PIB regional crezca 6,3% este año.

El más reciente informe del instituto de investigación de riesgo estima un crecimiento del 7,5% de las primas reales de la región para 2021, 4,4% para 2022 y 3,5% para 2023, apuntaladas por el avance de las primas de Vida y Salud que tendrían un repunte del 3,6%. Swiss Re Institute dijo que “la rentabilidad de los seguros es respaldada por una mayor conciencia del riesgo en los segmentos de vida y no vida a raíz de la pandemia”.

“Siempre que hay un tema de catástrofe, toca la sensibilidad del usuario. Cuando el sismo, la gente empezó a asegurar sus casas, ahora con el Covid-19 también se vio un repunte en la contratación y sobre todo en la búsqueda de soluciones accesibles que entregaran protección y ayudaran en caso de contagio y lo que hizo el mercado fue mirar de qué manera daba ese tipo de coberturas y apoyos”, dijo Luis Márquez, subdirector de Soluciones en Seguros SURA México, en entrevista con Bloomberg Línea.

Puerto Rico (que no pertenece a la OCDE) es el país que presenta el mayor índice de penetración del sector en América Latina. Su mercado asegurador aceleró su tendencia de crecimiento a partir de 2015, impulsado por pólizas de No-Vida, toda vez que el volumen de primas en este mercado incluye seguros de Salud para la población de menores recursos, que son gestionados por el sector privado y costeados con presupuesto del gobierno.

En 2020, registró un crecimiento del 13,7% hasta los US$16.077 millones de primas debido a la buena actividad en los seguros de salud, según Mapfre Economics.

Según Seguros Sura, Chile, Uruguay y Brasil se han consolidado en América Latina como los países con mayor penetración del sector en primas respecto al PIB. “Sin embargo, se está bastante lejos de los topes que alcanzan economías desarrolladas como Corea del Sur, Reino Unido o Japón”, apunta.

En el sistema de salud mixto chileno, 14,8 millones de personas son beneficiarias de Fonasa, el organismo público de salud, y 3,3 millones de personas están afiliadas a Isapres, las aseguradoras privadas.

En Argentina, las empresas de medicina privada tienen a 6,3 millones de personas afiliadas, lo que representa poco más del 7% de la población que cuenta con cobertura médica privada.

Mientras que en Brasil, las empresas tienden a ofrecer planes de salud y pensiones a sus empleados, mismas que pueden ser deducibles como gasto operacional, en beneficio de sus trabajadores. Casi el 25% de los brasileños, pero en su mayoría con ingresos medios y altos, cuentan con un seguro médicos privado, de acuerdo con The Commonwealth Fund.

Covid-19, el evento más costoso

En México, con 120 millones de habitantes, la pandemia de Covid-19 ocupa ya el primer lugar en la lista de los eventos más costosos para las aseguradoras con un monto de US$2.524 millones, de acuerdo con información de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

El sector observó un sólido repunte en la demanda de seguros de gastos médicos ante la crisis sanitaria. Ahora el reto primordial se focaliza en retener a las personas que contrataron su primer producto para que no lo abandonen una vez que quede superada la pandemia y en momentos en que la mayoría de los países están reabriendo sus economías.

“Durante esta pandemia, fue muy interesante cómo hubo personas que accedieron por primera vez a un seguro de gastos médicos. Sí hubo un segmento que se atrevió a concientizar, y destinar una parte de su bolsillo para estar protegido”, comentó Márquez, quien detalló que el alza en la demanda se debió también al temor de no poder recibir la atención médica adecuada en el saturado sistema de seguridad social y un tema de desabasto de medicamentos como fue el caso de México.

El gran desafío que viene, es “ver cómo enamoramos a esas personas que han entregado la confianza y ver cómo los mantenemos, que no sea una venta de ocasión y que no solo se vean motivados por el temor de la pandemia”, agregó el experto en finanzas.

Solo 9 de cada 100 personas en México, es decir el 9% de la población, cuentan con la protección de un seguro de gastos médicos, según datos oficiales.

De acuerdo con el directivo de Sura, el grupo poblacional por edad que mostró mayor crecimiento en torno a la adquisición de pólizas se ubicó entre los 28 y los 35 o 40 años. “El segmento en el cual la gente es productiva, que empieza a tener cierta capacidad adquisitiva para poder preocuparse y que pueda pagarla”.

Una persona de aproximadamente 30 años en México, por ejemplo, debe desembolsar el equivalente a unos US$23,80 mensuales para contar con una cobertura de este tipo que brinda la cantidad asegurada de US$47.607 con un servicio llamado Ala azul. Mientras que por un seguro que eleve la cantidad asegurada a US$714.108, debe pagar un monto de US$31 al mes por el servicio Ala Azul plus.

En Colombia, la pandemia de Covid-19 representa actualmente el mayor siniestro de la historia de los seguros. Entre enero y agosto de 2021, las compañías pagaron en el total de los ramos US$2.822 millones a sus asegurados.

Cerca de 4,7 millones de personas son las que cuentan con planes voluntarios de salud, lo que representa un 0,6% del Producto Interno Bruto (PIB) y un 8,2% del gasto en salud del país, de acuerdo con un estudio de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) y la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral.

Una rasgo que influye en la penetración del servicio en Colombia es la existencia de seguros permanentes que se renuevan por más de cinco años, los cuales están bien posicionados en dicho país.

La metamorfosis del concepto “salud” en la industria

El directivo en Sura México dijo que actualmente se está enfocado en una dinámica de prevención para acompañar a las y los asegurados en temas de nutrición, psicología, odontología, entre otros “temas de atención que tradicionalmente se consideraba prevención y que por tanto no ofrecían las pólizas de salud”.

La aseguradora busca hacer frente a padecimientos cotidianos de la población que puedan estar ligados a factores como mala alimentación, costumbres o temas sociodemográficos a través de su faceta de prevención para frenar el avance de ciertas enfermedades.

“Creemos que siempre va a ser más eficiente apostar por la prevención, que pagar siniestros una vez que ya ocurrió el deterioro en la sal”, dijo Márquez.

En tiempos de Covid-19, la asistencia psicológica en México ha sido “sin duda una de las atenciones que de forma telefónica se dio de mayor manera. Esto ocurrió principalmente en edades en las que deja de ser un tabú el tema de la salud mental, edades jóvenes con otras capacidades y otra visión de poder entender las necesidades de la salud mental”.

En tanto en Chile, del total de licencias médicas tramitadas en 2020, la mayoría se concentró en trastornos mentales al representar un 28,7% del total, le siguieron las enfermedades osteomusculares con 17,4% y licencias por Covid-19, según un informe de la Superintendencia de Salud, la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) y Fonasa.

El experto detalló que la prioridad es reformular el concepto “salud” como tradicionalmente se maneja en el sector específico de México. “Los conocemos como seguros de gastos médicos mayores, que hasta en el nombre se escucha extraño. Hablamos de que nuestras soluciones son de salud porque lo que quiero no es estar cuando ya te enfermaste o cuando ya estás en el hospital”, afirmó.

La meta “es evitar que las personas lleguen a ese punto, más bien cómo protejo y lo cuido para preservar su salud y no aparecer hasta el último momento y eso evidentemente impacta en la salud física y mental que estamos viendo que es un problema bastante complejo”, explicó.“Queremos quitarle etiquetas (al tema de salud mental) e incluirlo como un beneficio y una cobertura básica”.

¿Cuáles son las pérdidas por no contar con un seguro médico?

Las pérdidas fuertes se pueden materializar en cualquier momento. Hablando de costos de la atención de Covid-19 en un hospital privado, el monto promedio en México es de aproximadamente 200.000 pesos (US$9.521) en el rango bajo de las estimaciones. Y sumado al costo monetario está la angustia e incertidumbre de poder hacer frente a gastos adicionales en rehabilitación, medicamentos, y atención a posibles secuelas, entre otros.

Entre los pilares para impulsar la cultura de contar con estos productos sin necesidad de que se presente una catástrofe como la pandemia, están: la digitalización, la facilidad de cobro, alianzas a largo plazo con hospitales, una red cerrada de colaboradores, la cobertura de enfermedades catastróficas como temas neurológicos y cáncer, el coaseguro ilimitado y el deducible que opera como franquicia.

La pandemia llevó al camino digital. Una investigación de Swiss Re encontró que la pandemia transformó la receptividad de los consumidores para interactuar con los seguros de manera digital, lo que apunta a un potencial de crecimiento.

El mercado entonces giró para incursionar en nuevas dinámicas con los usuarios frente a los desafíos actuales, y así fue como las aseguradoras aceleraron sus procesos de innovación lanzando la contratación 100% digital, desarrollando apps y atención vía remota.

El mercado siempre es competitivo -refiere Márquez- y estamos buscando ver de qué manera entregamos valores diferentes en el contexto actual. “La realidad es que conceptos como telemedicina, consultas remotas, entrega de medicamentos a domicilio han sido en algo que ha estado trabajando fuertemente el sector”. La industria -agrega- está orientada en resolver el tema de los tiempos y procesos para que la prestación de servicios sea mucho más ágil”.

 

 

 

 

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