La pandemia cambió nuestra manera de ver el riesgo; y, como industria, no solo tenemos que mantenernos pendientes   de este tipo de eventualidades, sino anticiparnos y explorar la oportunidad de  atender nuevas necesidades y perfiles de riesgo, expresó en entrevista María Luisa Ríos, directora de Comunicación y Relaciones Públicas de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

Ríos consideró que se debe aprovechar este momento para fomentar la cultura de seguros en el país,  pues la tecnología, además de gran aliada, ha dado la oportunidad de multiplicar los  mensajes llevándolos tanto a ciudadanos comunes  como a empresas, agentes, brokers,  estudiantes, profesores, analistas…, en  fin, un auditorio  muchísimo más amplia. 

“Esta coyuntura nos dio la oportunidad de acercar la industria del seguro a la sociedad y mostrarle la importancia de la resiliencia que aportan  los seguros en estos tiempos de pandemia. Aunado a ello, los avances en los smartphones, las fintech y las nuevas generaciones nativas de internet  nos ayudarán a crecer, además de que la agilización de procesos hará más eficientes los trámites y la administración de riesgos”, destacó Ríos.

La ejecutiva de la AMIS refirió que el sector debe tomar acciones para fomentar el consumo de seguros ante la situación de emergencia que vive el país. Dijo  que informar a la población sobre las características que tiene cada tipo de seguro para que conozca de qué se tratan las diferentes coberturas es una prioridad. “Lo más importante es que las personas no se queden con una idea equivocada sobre la responsabilidad que tienen las aseguradoras frente a  sus usuarios”, remarcó. 

La colaboradora de la AMIS precisó  que al final de cuentas todo tiene que ver con el tema de la educación financiera, “y por ello   se trata de ofrecer este tipo de información en cada conferencia que lleva a cabo la AMIS, por medio  de nuestras redes sociales y también con la ayuda de las asociadas en los  eventos que realizamos”.         

La directora de Comunicación y Relaciones Públicas de la AMIS consideró relevante destacar en todo momento la funcionalidad de los seguros como amortiguadores de  los golpes  económicos que podrían sufrir las personas ante accidentes, pérdida de la salud  o  el empleo, vejez o desastres naturales. Para ello consideró necesario que trabajen coordinadamente  la industria aseguradora, las autoridades y otros sectores económicos.

En este sentido, y en  relación con   las directrices más importantes que se deben  considerar, María Luisa Ríos dijo con énfasis:  “Se trata, en suma, de un tema de educación financiera, de acercarnos a la población, al ciudadano de a pie que no tiene conocimientos de previsión económica. Y para ello podemos utilizar  cualquier medio que tengamos disponible. El objetivo es orientar o, mejor aún,   capacitar sobre el tema”.

Como ejemplo puso  el Proyecto Minerva, que la AMIS ha realizado en conjunto con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), una propuesta educativa dirigida a 40 millones de mujeres cuyo objetivo es desarrollar sus habilidades para conocer, diferenciar y comprender los  servicios financieros y posteriormente acceder a ellos.

La responsable del departamento de Comunicación de la  AMIS se refirió también a los retos que afronta una institución como el organismo que cohesiona al sector, pues   en materia de divulgación, al ser el seguro un producto que muchas veces genera desconfianza entre la gente y que incluso se considera   un “lujo”, el contenido de los mensajes debe cuidarse al máximo y dirigirse con precisión. Esta situación compromete a la institución a informar de la manera correcta para abatir creencias o mitos muy arraigados. Es imperativo erradicar  esa desconfianza.

“Los seguros no son un producto de lujo, pues hay   una gran variedad de ellos de acuerdo con las necesidades de protección de cada persona o familia. Un ejemplo de ello  son los microseguros. Los seguros son, como tales,  productos financieros diseñados para enfrentar los riesgos cotidianos, la contingencia inherente al simple hecho de vivir, los accidentes (graves o leves)  que le pueden ocurrir a cualquier persona”, dijo  Ríos.

A juicio de la representante de la AMIS,   cada vez se ve un acercamiento mayor de la población a los  seguros; cada vez se nota   mayor confianza hacia ellos, en buena medida derivada de la emergencia sanitaria que ha ocasionado la COVID-19, pues ante los altos costos de la enfermedad  las personas se están inclinando más a soluciones financieras como los seguros de Gastos Médicos y de Vida.

La ejecutiva de la AMIS destacó que este organismo está convencido de que la educación en materia de seguros debería ser un proyecto que surja y se incluya desde la formación  básica,   “pues para que la población entienda los riesgos que enfrenta primero debe conocer los productos financieros que existen y su función, y luego utilizarlos para protegerse, lo que se inculca desde los primeros años de instrucción, como una materia más”.     

“Nadie está exento del robo de su auto, del asalto a  su vivienda o empresa; de alguna discapacidad o la muerte derivadas de un accidente ni de  los eventos meteorológicos, a los que todo el mundo se encuentra  expuesto cotidianamente en México y en el mundo”, acotó María Luisa Ríos.

Añadió que el sector asegurador participa en varios programas de educación financiera ligados a escuelas, como el que se realiza en la Semana Nacional de Educación Financiera; sin embargo, indicó que la industria está abierta  a conocer  nuevos proyectos y analizarlos con las autoridades para apoyar las acciones que se decida realizar por medio  de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

 “Si apostamos por  la educación financiera de la población infantil hoy, tendremos adultos financieramente responsables mañana,  puesto que los niños aprenden muy fácilmente, sobre todo  de lo que ven a su alrededor.  Es por ello por lo que creemos que, si enfocamos y dirigimos ese conocimiento, podremos fomentar habilidades que los lleven a una toma de decisiones económicas que les permita mejorar y  conservar su calidad de vida”, concluyó la encargada de Relaciones Públicas de la AMIS.