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En la carrera por la calidad


En la carrera por la calidad Recientes cambios en la certificación de hospitales complican el proceso y desalientan a los privados ante el temor de sanciones.
POR; Dulce Soto Las fallas en los tratamientos y los errores en los diagnósticos fueron los principales motivos de queja ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) durante 2022. Esto porque, aunque son procedimientos básicos de salud, muchos hospitales operan sin estándares de calidad y seguridad para el paciente.
Y precisamente para disminuir los riesgos en los servicios sanitarios, las autoridades de salud establecieron un proceso de certificación de hospitales. Se trata de una evaluación de la atención médica, del personal, los procedimientos, las instalaciones, equipos, infraestructura, insumos y la gestión para garantizar que funcionan correctamente.
"El objetivo principal de la certificación es garantizar que todos los establecimientos de salud cumplan con el mínimo necesario, que los servicios que nos van a ofrecer están dentro de los parámetros internacionales y nacionales", expone Héctor Cano, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM.
Desde 1993 se han registrado los primeros esfuerzos de certificación. Con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tanto México como Estados Unidos y Canadá acordaron certificar los establecimientos de salud por organismos reconocidos por los tres países. El objetivo era que las aseguradoras reconocieran como válidos los servicios para las personas que transitaban de un país a otro.
No fue hasta 2002 cuando se concretó el proceso de certificación a cargo del Consejo de Salubridad General (CSG) y, en 2008, se actualizó con nuevos estándares.
Desde entonces, los hospitales pueden buscar una certificación internacional, generalmente, con la Joint Commission International, una comisión que acredita la calidad de los hospitales de Estados Unidos. Además de la certificación nacional del CSG, que también se basa en estándares médicos internacionales.
Sin embargo, en junio de 2023, la Secretaría de Salud y el CSG abrogaron el Acuerdo para el desarrollo y funcionamiento del Sistema Nacional de Certificación de Establecimientos de Atención Medica de 2008, al publicar las nuevas pautas bajo el Modelo Único de Evaluación de la Calidad.
Para Javier Potes, director del Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH), que agrupa a 57 hospitales privados, el nuevo modelo de certificación mejora diversos aspectos, pero relega la participación de los particulares y limita el número de unidades que pueden certificarse anualmente. La nueva normativa indica que, en las primeras dos semanas de enero de cada año, se abrirá un registro de los hospitales a evaluar, sujeto a "espacios o cupo" y la evaluación aplicará en orden cronológico.
Quizá la preocupación mayor de los hospitales privados es que el nuevo modelo avala que las inconsistencias detectadas durante la verificación se informen a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a fin de que tome "acciones conducentes".
TEMOR Y RETRASOS Debido a que la certificación es voluntaria para los particulares. Potes advierte que esa vigilancia podría desalentarlos por el temor de ser sancionados ante alguna falla. "Algunos hospitales quizás piensen: 'Voy a pedir que me evalúen para mejorar mi calidad, pero, al mismo tiempo, puede ser una auditoría y una sanción'. Lo que antes hubiera sido una recomendación voluntaria, ahora puede ser coercitiva", explica.
El experto de la UNAM indica que, al no ser obligatoria la certificación en los privados, nada impide operar a un hospital que no esté acreditado. Y hay un cambio adicional sobre los evaluadores de hospitales: antes se incluía a personal del sector privado para hacer las revisiones -siempre y cuando no fueran juez y parte-, pero ahora se deja la revisión únicamente a evaluadores públicos, lo que reduce el número de gente dedicada a la certificación.
Potes señala que previo a esto ya se registraba un rezago en la certificación de hospitales, así que con menos personal se agravarán los retrasos. "Se cambia el modelo y se dice que sólo se va a trabajar con evaluadores del gobierno. Entonces, se reduce la capacidad del gobierno para certificar hospitales", asegura.
Además, el proceso no es sencillo, por lo que pocos hospitales logran certificarse. "Hay que cubrir muchísimas normas y todos los requisitos que se piden. Esto ha impedido que la certificación se haga con la celeridad que debería ser", agrega el académico Héctor Cano.
Hasta abril de 2022, el CSG registraba 287 hospitales certificados, tanto públicos como privados, y 153 en proceso de certificación. Sin embargo, la Secretaría de Salud contabilizó un total de 5,109 establecimientos de salud con hospitalización en 2022, de los cuales 3,503 son privados.
Bajo este escenario, el CMH ya trabajaba en una estrategia de certificación internacional, sobre todo, para las unidades médicas pequeñas y medianas, que generalmente quedaban fuera por los altos costos. "La idea es tener, además de la certificación mexicana, una certificación internacional para hospitales pequeños y medianos que, de otra forma, no tendrían acceso a ella", expone.
Aproximadamente, una certificación internacional emitida por organizaciones estadounidenses o canadienses alcanza un costo de hasta 80,000 dólares, refiere Potes.
El consorcio hizo una alianza con Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Panamá y Colombia para crear la Certificación Latinoamericana en Calidad de Servicios de Salud (CLACSS).
De la mano de la acreditadora internacional de Brasil iniciaron un plan piloto en septiembre para evaluar cinco hospitales mexicanos y capacitar a evaluadores.
Con esta iniciativa, pretenden reforzar la certificación hospitalaria mientras los cambios en el modelo del CSG se dan en un contexto polémico por la cancelación de Normas Oficiales Mexicanas (NOM) en materia de salud, las cuales indican cómo debe ser la atención y el tratamiento de algunas enfermedades.
Sin las NOM, el personal de salud y los hospitales no tendrán procesos médicos homogéneos y esto podría impactar en su preparación antes de obtener una certificación. "La norma oficial no es algo que se inventó, es algo que se necesita, que ha demostrado que tiene buenos resultados", subraya Cano.

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