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Esperan mercados emergentes golpazo económico del Covid-19


Tras azotar a economías desarrolladas en Asia, Europa y América del Norte, la pandemia del coronavirus va por las economías en todo el mundo en desarrollo.

Se proyecta que la producción económica en los mercados emergentes caiga 1.5% este año, el primer declive desde que iniciaron registros confiables en 1951, de acuerdo con la firma de investigación Capital Economics.

En México, el socio comercial más grande de EU, la economía se podría contraer hasta 8%, su declive más pronunciando desde la Gran Depresión, ha estimado Bank of America Corp.

Aún si algunas naciones en desarrollo se las ingenian para evitar tasas catastróficas de infección del coronavirus, los cierres y las recesiones esperadas en los países industrializados causarán fuertes estragos económicos. Seguramente afectarán la demanda de vacaciones de playa en Tailandia, ropa confeccionada de Bangladesh y autopartes y aguacates de México. Una tercera parte de la economía mexicana depende de exportaciones a EU.

Si los pronósticos resultan ser precisos, el golpe total por todos los mercados emergentes podría ser más severo que en la crisis económica global del 2008, la crisis asiática de fines de los 90 y la implosión de la deuda latinoamericana de los 80. En esos casos, economías como las de China e India siguieron creciendo robustamente.

Los países más pobres tienen muchas menos herramientas que los países ricos para amortiguar estos golpes. Sus economías están menos diversificadas, apoyándose más en materias básicas volátiles como el petróleo, en remesas de dinero del extranjero y en servicios como el turismo.

Tienen menos dinero para aligerar la carga sobre las compañías y redes de seguridad social más débiles. Brasil y México, por ejemplo, carecen de seguro de desempleo para trabajadores despedidos.

A diferencia de como sucede en muchos países industrializados, cuando los bancos centrales en las naciones de mercados emergentes imprimen dinero, pueden avivar temores de un regreso a episodios pasados de inflación. Obtener créditos se vuelve mucho más difícil al tiempo que los inversionistas huyen a la seguridad relativa de mercados como los bonos del Tesoro de EU.

Recortar las tasas de interés a menudo lleva a monedas más débiles. El peso mexicano, el rublo ruso y el rand sudafricano han caído alrededor de 20% ante el dólar estadounidense en semanas recientes, seguidos de cerca por el real brasileño.

La crisis llega después de un 2019 difícil para muchos mercados emergentes golpeados por una ola de zozobra civil y manifestaciones, como en Argelia, Líbano, Irak, Ecuador, Chile y Colombia.

Una cifra récord de 82 mil millones de dólares ha sido retirada de los mercados emergentes desde el 21 de enero, reportó el Fondo Monetario Internacional. Eso subirá los costos de obtener préstamos y podría empujar a países muy endeudados, como Ecuador y Argentina, a la moratoria.

Las acciones en mercados emergentes han caído 20% en las últimas seis semanas, borrando todos los avances desde el 2017.

Muchos países en desarrollo carecen de la fuerza económica que tenían durante la crisis económica del 2008, cuando las materias básicas, el turismo y las remesas de dinero estaban en auge.

En Brasil, la Administración del Presidente Jair Bolsonaro tiene muchos menos recursos que los que tenía el Gobierno en el 2008, cuando gastó libremente para estimular la recuperación. Ahora se espera que la economía brasileña disminuya alrededor de 4.5% este año, de acuerdo con la firma de datos IHS Markit.

El rating crediticio de Sudáfrica fue reducido a estatus "chatarra" el 27 de marzo, lo que significa que muchos fondos de pensión de EU y Europa ya no podrán comprar su deuda. La calificación de México fue degradada a dos lugares por arriba de "chatarra", y la paraestatal Petróleos Mexicanos, que tiene deuda por más de 100 mil millones de dólares, podría enfrentar una crisis de deuda este año.

En China e India, se espera que el crecimiento sea el más lento en una generación.

Muchos países dependen de una diáspora de trabajadores que mandan a casa parte de su sueldo. Los trabajadores de bajo ingreso en EU y Europa están sufriendo despidos masivos, dejándolos con mucho menos dinero para enviar a casa.

En el diminuto El Salvador, las remesas representan el 20% del PIB. En Filipinas, el 10%.

México, que tiene una economía más diversificada, enfrenta un golpe por partida cuádruple: menos demanda de EU para sus exportaciones manufactureras, una caída drástica en los ingresos petroleros que componen una quinta parte de lo recaudado por el Gobierno, un declive en ingresos del turismo y una disminución en las remesas.

Ésas son las cuatro fuentes principales de ganancias en moneda extranjera del País.

La mexicana Cinépolis, la segunda cadena de cines más grande del mundo, ha cerrado las 6 mil 700 salas que opera por todo el mundo al tiempo que los países ordenan a los residentes quedarse en casa. Sus ingresos se evaporaron prácticamente de la noche a la mañana.

Sin embargo, la compañía aún tiene gastos fijos, incluyendo unos 44 mil empleados en 17 países. En México, donde la compañía tiene 26 mil 500 empleados, Cinépolis les está pagando dos terceras partes de su sueldo por quedarse en casa.

"No estamos preparados para un paro económico masivo durante muchas semanas", dijo el CEO Alejandro Ramírez.

Cinépolis ha recurrido a líneas de crédito, al igual que Grupo Bimbo, la compañía panadera más grande del mundo, y Grupo Televisa, la televisora dominante de México.

A la fecha, el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha señalado que su Gobierno no ofrecerá exenciones tributarias u otros incentivos a compañías grandes. Dijo que desea concentrar los recursos limitados del País a ayudar a los pobres, que trabajan en la economía informal u operan negocios familiares.

Mario Delgado, líder de la mayoría en la Cámara de Diputados, llamó la semana pasada a los países industrializados a condonar la deuda externa de México y de otros países en desarrollo.

Los niveles de deuda del Gobierno mexicano son moderados -alrededor del 55% del PIB- pero esa cifra crecerá. El Gobierno anunció la semana pasada que operará un déficit fiscal mayor que el esperado este año de 4.4% de la producción económica, comparado con el 2.6% anterior. El déficit crecerá a raíz de menores ingresos como el impuesto sobre la renta, indicó el Gobierno.

Lo que complica las cosas para México es una pérdida de confianza entre inversionistas extranjeros, ya espantados por las políticas económicas nacionalistas del Presidente.

A raíz de la falta de confianza, "México tendrá mayor dificultad que otros países para emitir más deuda", apunta Sergi Lanau, economista en jefe adjunto en el Instituto de Finanzas Internacionales en Washington.

Joe Parkinson, en Johannesburgo, Sudáfrica; Georgi Kantchev, en Moscú; Quentin Webb, en Hong Kong, y José de Córdoba, en Miami, contribuyeron a este artículo.

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