¿Alguna vez se ha planteado que las finanzas para adolescentes pueden afectar de manera positiva su futuro patrimonial? Inculcar el hábito del ahorro a los individuos desde la niñez es clave para formar a personas económicamente estables y previsoras. Y en tal sentido, el papel que juegan los padres siendo el ejemplo a imitar, es fundamental. 

Así lo establece una publicación de Allianz Seguros, que destaca que en estos tiempos en los que una crisis sanitaria ha alterado de manera negativa y sin precedentes el entorno social y económico global, se vuelve crucial que los más jóvenes dispongan de conocimientos financieros elevados que les permitan tomar decisiones acertadas a la hora de invertir en un producto financiero o pedir un préstamo en el futuro.

Y es que un dato revelador del Informe Europeo de Pagos de Consumidores de 2018, publicado por Intrum, refleja que 46 por ciento de las personas mayores de 50 años no son capaces de destinar parte de sus ingresos al ahorro y que uno de cada tres afirma no contar con una economía sólida debido a que no saben ahorrar. 

Por tanto, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones y enséñele a los más jóvenes de su núcleo familiar la importancia de la gestión financiera:

Si su hijo adolescente quiere comprar algo o llevar a cabo un viaje con los amigos, lo ideal es enseñarle que el dinero tiene un costo y no es gratis. Incentívelo a realizar actividades que le generen beneficios económicos. Limpiar el jardín de familiares o lavar los coches de casa, son pequeñas tareas por las que se les puede pagar una pequeña suma de dinero.

Para que empiece a entender la dinámica con los bancos y el uso correcto de las tarjetas de crédito, puede prestarle dinero con intereses “simbólicos”. Lo importante es que aprenda que el dinero que pedimos a terceros tiene un costo que debemos asumir.

No tema a hablarle sobre la inflación o la situación económica actual. Es la edad ideal para que empiece a tomar conciencia sobre cómo el aumento de los precios de bienes y servicios puede reducir nuestro poder adquisitivo.

Una excelente forma de forjar el carácter emprendedor del adolescente y de enseñarle el valor del dinero es invitándolo a trabajar. Desde luego, esta actividad no debe interferir con sus estudios y el objetivo debe ser siempre que, a través de la adquisición de responsabilidades laborales, aprenda a ser responsable y a comprender lo difícil que es ganar el dinero.

¡Motívelo a ser mejor! Las ideas preconcebidas sobre la pobreza perpetua no aportan nada. De hecho, una mentalidad conformista puede interferir de manera significativa en la formación financiera del adolescente. Promueva dentro del hogar una visión mucho más optimista y haga lo necesario para que su hijo vea en el ahorro, en el trabajo y en el emprendimiento vías para escapar de la desigualdad y precariedad económica.

Enséñele desde pequeño a guardar una parte de lo que gana. Llegada la etapa de la adolescencia, muéstrele maneras de hacer crecer el dinero a través de inversiones. Entender esta dinámica le permitirá en un futuro construir un patrimonio sólido.

Explíquele cómo preparar un presupuesto personal. Una buena forma de hacerlo es asignándole la tarea de elaborar el presupuesto de gastos mensuales de la familia. Impúlselo a hacer uso de herramientas digitales que le permitan relacionarse con las últimas tecnologías y aplicaciones en cuanto a manejo del dinero se refiere.

Capacítelo para hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías: compras por internet, transacciones bancarias de manera online, etcétera. Esto implica hablarles sobre ciberseguridad y el riesgo que existe de caer en manos de personas malintencionadas.

Acérquelo al mundo de las inversiones y de los seguros. Es una forma de enseñar a los más jóvenes sobre el ahorro, la mutualización y el riesgo.

Enséñele a consumir de manera responsable. Malgastar el dinero y derrocharlo es un mal hábito que también se aprende en casa, por lo que dar el ejemplo es fundamental. 

Por último, recuerde ser paciente. De nada sirve presionar al adolescente, puesto que lo único que se logrará será que vea el dinero como algo negativo y no como un instrumento, que bien gestionado, promueve el bienestar y el crecimiento.