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Los efectos de la pandemia en la inclusión financiera de las mujeres en México


Durante la pandemia la brecha de género en la inclusión financiera aumentó en 3 puntos porcentuales, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021.

La crisis del COVID-19 provocó pérdidas de empleo e ingreso en los hogares mexicanos, siendo las mujeres las más afectadas. Por un lado, la pandemia hizo que la carga de trabajo del hogar y de cuidado, que históricamente han tenido las mujeres mexicanas, se elevara. 1 Por otro lado, las medidas de contención como los cierres de sectores productivos, particularmente el de turismo y de servicios, ocasionaron que un mayor número de mujeres perdieran sus trabajos, afectando fuertemente su nivel de ingresos. Todo ello amplió las brechas de género ya existentes.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021 2 publicada por el INEGI y la CNBV, la pandemia causó que un 55.7 % de las mujeres perdiera su empleo o fuente de ingresos, en comparación con el 44.5 % de los hombres. Pero no solo eso, estos datos indican que el 55.5 % de las mujeres tuvo una reducción en los ingresos percibidos, mientras que para los hombres esta reducción fue menor (44.5 %). Además, el 56.2 % de las mujeres enfrentó gastos de salud o funerarios y solo el 43.8 % de los hombres tuvo dichos gastos. La ENIF también revela que la crisis sanitaria impactó negativamente los flujos de las remesas, las cuales, por lo general, son administradas por las mujeres y utilizadas para comprar alimentos y bienes para el hogar y para el pago de servicios de salud. Así, al disminuir este tipo de ingresos, el bienestar general de las familias se vio afectado.

Para subsanar la crisis ocasionada por la pandemia, las mujeres recurrieron a la venta de activos, joyas, tierras y animales y al uso de ahorros y créditos. Este último punto es particularmente importante ya que la inclusión financiera 3 ayuda a las mujeres a acceder a mejores oportunidades productivas y mejorar sus ingresos a través del ahorro y la inversión. El acceso de las mujeres a los productos financieros como el ahorro, el crédito, los seguros y los medios de pago refleja las posibilidades de crecimiento económico de las mujeres, 4 así como de la movilidad social de sus familias. 5

Al comparar la ENIF 2018 (pre-pandemia) con la ENIF 2021 (post-pandemia) se encuentra que la brecha de género en la inclusión financiera aumentó en 3 puntos porcentuales. El porcentaje de mujeres que solicitó un crédito formal aumentó en 2.1 puntos porcentuales, de 2018 a 2021. Pero no todas las mujeres pudieron recurrir a los créditos formales, pues únicamente aquellas que cumplían con los requisitos pudieron hacerlo, por ejemplo, las que podían probar ingresos regulares.

Durante la pandemia, el acceso a los seguros representa un elemento importante para la gestión de riesgos. No obstante, la pandemia también afectó la brecha de protección al riesgo, ya que un menor número de mujeres reportó tener por lo menos un seguro respecto al número de hombres que sí lo tiene. De esta manera, entre el año 2018 y el 2021 la brecha de género relativa a los seguros se amplió en 12.8 puntos porcentuales.

Los bloqueos y cierres implementados para frenar la propagación del virus generaron también el cierre de sucursales bancarias. Los funcionarios financieros y los profesionales de la salud alentaron el uso de pagos sin contacto y sin efectivo para reducir el riesgo de propagación del virus. Las mujeres tomaron estas medidas en sus comportamientos precautorios, al aumentar sus transacciones financieras durante la pandemia de forma electrónica. De 2018 al 2021, el porcentaje de mujeres que realizaron transferencias electrónicas aumentó en 8 puntos porcentuales. El cierre de sucursales también afectó las cuentas bancarias de las mujeres, pues la apertura y manejo de cuentas bancarias se realiza en las sucursales. Esto ocasionó que la brecha de género relativa a la tenencia de cuentas bancarias se amplió en 10.4 puntos porcentuales.

En la pandemia, los servicios financieros digitales crearon nuevas oportunidades para el uso de productos financieros. Las pequeñas empresas y algunos hogares se han beneficiado de las soluciones digitales, como los servicios de dinero móvil, la banca en línea, el uso del CoDi y otras innovaciones tecnológicas financieras. No obstante, no todos se han beneficiado por igual de los avances financieros digitales, la falta de familiaridad de las mujeres con los servicios financieros digitales las ha limitado para aprovechar al máximo los beneficios de la tecnología digital.

Las barreras que impiden el acceso de las mujeres a los servicios financieros son multidimensionales, por lo que reducir la brecha de género en la inclusión financiera requiere aplicar una perspectiva de género en las acciones de política de servicios financieros. Un acceso equitativo a los productos financieros basado en las necesidades de las mujeres, la educación financiera y las diferencias por tipo de demanda financiera ayudará a disminuir la brecha de género en la inclusión financiera.

Para contrarrestar los efectos de la pandemia en las mujeres, las acciones de política deben incluir las siguientes medidas: 1) Continuar desagregando datos sobre los servicios financieros para las mujeres, pues la brecha de género no es la misma para todas las mujeres; 2) Aplicar una perspectiva de género a las medidas de política financiera existentes; 3) Promover la inclusión financiera digital para las mujeres, y 4) Abordar las restricciones del lado de la demanda financiera de las mujeres

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