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¿Qué cambiará después de la pandemia?


Desde mediados de marzo todo ha cambiado para muchos de nosotros: trabajamos desde casa, ya no viajamos por la contingencia o firmamos documentos de manera electrónica. ¿Quién hubiera pensado a inicios de año que esto sucedería?

Ahora, la gran pregunta es qué pasará cuando la contingencia termine, cuando la nueva normalidad empiece. ¿Qué prácticas mantendremos de lo que hemos hecho durante el confinamiento y qué retomaremos del periodo previo al COVID-19? ¿Qué grandes lecciones nos deja la pandemia? Me gustaría abordar tres temas que, desde mi punto de vista, sí que cambiarán:

- Mejorar la salud de los mexicanos: la edad promedio de los mexicanos con COVID-19, que requirieron hospitalización o que incluso fallecieron, es más baja que en muchos otros países. Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) revelan que 48% de los casos en población asegurada tiene entre 40 y 59 años; 66% son hombres.

Aun cuando no todos coinciden en que la causa del elevado número de fallecimientos a menor edad es el alto nivel de enfermedades crónicas -como diabetes o hipertensión y el elevado número de casos de obesidad-, lo que sí es innegable es que la población vulnerable en México es muy amplia.

En muchas empresas, más de 20% de los empleados declaran formar parte de la población vulnerable y todavía más dicen vivir con familiares en estas circunstancias. Esto es particularmente impactante para empleos que no se pueden llevar a cabo de manera remota y donde las personas deben asistir a sus centros de trabajo.

Por consiguiente, uno de los retos imprescindibles es mejorar la salud de la población del país, cuidarnos más, hacer más ejercicio y alimentarnos mejor. Parece simple, pero requiere un alto nivel de conciencia y determinación de cada uno de nosotros.

- Nueva realidad en el trabajo: en empresas de servicio o corporativos de compañías que requieren presencia física -tales como fábricas, restaurantes u hospitales-, hacia el futuro podemos visualizar que habrá un modelo híbrido. La Organización Internacional del Trabajo estima que 27% de los trabajadores de países de altos ingresos podrían trabajar a distancia después de la pandemia. Esto será la nueva realidad en muchas empresas.

- Seguros contra la pandemia: durante la pandemia por COVID-19, las aseguradoras han cubierto este padecimiento para sus clientes con un seguro de salud o de vida. Sin embargo, las pérdidas consecuenciales de empresas y de individuos derivadas de esta enfermedad no están aseguradas. Es decir, si una empresa tuvo que parar temporalmente actividades derivado de la pandemia, no hubo indemnizaciones.

Ahora es momento que las aseguradoras y los estados busquen soluciones similares a las que conocemos para catástrofes naturales como huracanes o sismos. Por ejemplo, en Europa hay esquemas público-privados con una participación 50:50. Las primas cobradas por las aseguradoras van a un fondo para estar disponibles en caso de pandemia y el Estado contribuiría con el mismo importe.

La pandemia por COVID-19 nos deja con una crisis económica profunda y con muchas familias afectadas por la pérdida de un ser querido. No obstante, también nos deja con grandes aprendizajes y oportunidades. México es resiliente y ha superado otras crisis – y sé que ahora también será el caso.

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