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Recomienda CNSF innovar con sentido y mantener prudencia ante impredecible desenlace de la pandemia


Aunque es incuestionable que los sectores asegurador y afianzador de este país han mostrado resiliencia y fortaleza para sobreponerse a los efectos negativos producidos por la COVID-19, aún no se otean en el horizonte las   secuelas definitivas que generará el evento sanitario ni  se conoce con claridad cuándo y cómo será su desenlace. Por ese motivo, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) considera vital que las compañías que hoy integran el andamiaje de la industria innoven con sentido y mantengan prudencia ante la urgencia de revisar estrategias y realizar ajustes a los modelos de negocio que rigen su operación.

Ricardo Ernesto Ochoa Rodríguez, presidente del organismo, argumentó lo anterior al presentar  la plática que cerró  los trabajos de la Convención Virtual 2020, organizada por Funcionarios del Sector Asegurador, A. C. (FUSA). En dicha exposición,  el funcionario de la CNSF señaló que la fortaleza financiera que hoy ostentan  las aseguradoras y afianzadoras, derivada  de la normatividad del régimen basado en Solvencia II, ayudó a la industria a sortear con éxito los desafíos operativos, comerciales y de disciplina de mercado provocados por la perniciosa enfermedad.         

“Hoy la industria atraviesa un punto de inflexión en el que se mezcla la oportunidad con la amenaza. En tal sentido, la pandemia orilla a las instituciones de seguros y de fianzas a realizar diagnósticos para la creación de productos y servicios innovadores, sin que esto signifique descuidar su perfil de riesgo. Por ello, un desafío mayúsculo que hoy tienen  tanto el regulador como el sector estriba en mantener un   equilibrio adecuado entre la innovación y la prudencia, de tal suerte que se puedan resolver los retos desencadenados por la pandemia”, declaró Ochoa Rodríguez.

El presidente de la CNSF  fue enfático al aseverar  que los sectores asegurador y afianzador han respondido con agilidad, carácter, versatilidad y solidez financiera al   adverso entorno que produjo el virus SARS-CoV-2. Sin embargo, alertó que no es momento para que las instituciones   relajen su disciplina desde el punto de vista operativo, sobre todo porque el conocimiento sobre el patógeno  es limitado y existen   exposiciones reales relacionadas con el comportamiento de la economía. Además, dijo, no debe perderse de vista que hay riesgos asociados a las  reservas de las compañías  como consecuencia de  los cambios en los patrones de reclamación.   Por otro lado,  existen   opciones limitadas  para diversificar los portafolios de inversión. Todo eso debe considerarse con precaución y cautela. 

“Ante la situación que estamos viviendo, resulta de particular trascendencia dar seguimiento   a los indicadores de solvencia y de liquidez. Desde la trinchera del regulador, estamos dispuestos a flexibilizar la regulación  sin que se afecte a la solvencia ni a las reservas técnicas del sector”, anunció  el funcionario del ente supervisor.           

Las prioridades no han cambiado

Ochoa Rodríguez aseguró  durante su intervención que, más allá de la incuestionable afectación que ha producido la COVID-19 en el engranaje del seguro y la fianza en el país, la CNSF mantiene como prioridad incentivar el dinamismo de estos sectores.

“Lo que hemos venido proponiendo consiste en dinamizar aún más a estos  sectores y extender su influencia y cobertura. Desde el punto de vista de la supervisión, el marco regulatorio es sólido. No obstante, en términos de crecimiento y brecha de protección, México sigue   rezagado  en comparación con otros mercados de América Latina. Así las cosas,   independientemente de la coyuntura epidemiológica, desde la CNSF mantenemos la misma prioridad, que no es otra sino incrementar la presencia  de los seguros y las fianzas en el país. O, si lo decimos de manera más precisa,  creemos que la pandemia volvió más apremiante dicho objetivo”, abundó Ochoa Rodríguez.

Conseguir que la suscripción, distribución y reclamación sean compatibles con la nueva realidad social  es en la actualidad el mayor reto que deben resolver las aseguradoras, dijo el titular de la CNSF, e  informó que el organismo que lidera ha puesto en marcha una agenda de trabajo conjunto con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) para rediseñar aspectos contractuales básicos, de manera que la información contenida en las pólizas sea más clara y entendible para la sociedad.

Ochoa Rodríguez apuntó que la pandemia hizo evidente la necesidad de eliminar las  barreras que embaracen  la libre competencia por cargas regulatorias. Por consiguiente, sostuvo que la CNSF procurará no establecer medidas procíclicas que inhiban la innovación o  el uso de la tecnología.

“Tenemos la intención de no generar movimientos procíclicos. Innegablemente, la situación que enfrenta la industria es delicada, pero debemos ser muy cuidadosos en cuanto a las medidas que se implementen, de modo que no se creen nuevos problemas. Por esa razón  es necesario mantener y fortalecer el marco regulatorio. Esto no significa que la regulación deba ser  más estricta. Por el contrario, a lo que aspiramos es a que sea mejor y más eficaz, lo que redundará en que posiblemente algunas cosas se tengan que hacer de forma diferente. En fin,  todo esto tendrá que irse examinando constantemente al  ver de qué forma evolucionan las condiciones del mercado”, puntualizó el presidente del órgano regulador.     

Evolucionar, compromiso de la industria

Ochoa Rodríguez destacó que la pandemia de COVID-19 evidenció las enormes ventajas que otorga la adopción de herramientas tecnocientíficas en la operatividad de las instituciones de seguros y de fianzas. Añadió que la crisis sanitaria también reveló la importancia que tienen los productos y servicios asociados a la administración de riesgos.

“La contingencia demostró que es obligatorio incrementar la inclusión financiera. Claro que existen condiciones muy complicadas, como la abrupta caída que ha registrado el ingreso de la población. Por ello, este escenario debe llevar al sector a pensar de forma diferente, maniobra que dará luces para que como ecosistema se logre el compromiso de hacer evolucionar al  seguro”, apostilló el funcionario.

Por último, Ochoa Rodríguez exhortó a la industria a analizar con especial cuidado la irrupción, cada vez más frecuente y grave,   de riesgos emergentes, como las pandemias. Dicho ejercicio, agregó, permitirá avanzar en la previsión de diseñar productos novedosos y útiles para el Gobierno, las empresas y las personas.

“La transformación del sector pasa forzosamente  por un cambio de pensamiento  en el que se debe ponderar que eventos como las pandemias serán más frecuentes y dañinos  en el futuro. En síntesis, este nuevo modo de concebir los riesgos  llevará a la industria a un terreno en el que emergerán nuevas ideas, por lo que posiblemente se tengan que realizar ajustes en las coberturas tradicionales que se han distribuido”, concluyó el presidente de la CNSF.

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