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Reconfigurar estructura de costos y crear productos sencillos, nuevo plan de juego para que aseguradoras sean resistentes


Como consecuencia de la COVID-19, el 2020 fue un periodo en el que se registraron considerables cambios sociales, políticos y económicos. Sin embargo, 2021 emerge como un año en el que dichas alteraciones podrían ser más drásticas. Por ende, es recomendable que las aseguradoras centren sus esfuerzos en la reconfiguración de su estructura de costos y en la creación de un abanico de productos sencillos, plan de juego que les permitirá ser resistentes y emerger en un mundo trastrocado por el virus SARS-CoV-2.

Así lo afirma Matt Adams, líder de la Práctica de Seguros de PwC (PricewaterhouseCoopers), en un artículo de su autoría denominado Aseguradoras, es hora de un nuevo plan de juego. En dicho análisis, el funcionario de la consultora indica que ante un entorno económico ralentizado, las aseguradoras necesitan impulsar mecanismos operativos que incrementen su nivel de productividad, todo ello con el objetivo obtener una participación preponderante en un mercado de potenciales clientes mucho más pequeño.

Adams refiere que la crisis desatada por la COVID-19 estimuló la aceleración de metodologías como la innovación en las áreas comerciales y técnicas de las aseguradoras. En tal sentido, apunta que un buen número de los competidores a escala global han puesto en marcha iniciativas creativas para responder al nuevo entorno, entre las cuales destacan las ventas habilitadas digitalmente, el contacto directo con el consumidor, el asesoramiento automatizado, la suscripción deslocalizada y la agilidad en la reclamación.

Pese a la incuestionable evolución que acusan las aseguradoras, el líder de la Práctica de Seguros de PwC considera vital que las instituciones no descarten por completo los modelos de negocio que han fungido como parte de su fórmula de éxito, sin perder de vista que, añade, no sería adecuado que subestimen las amenazas asociadas a la automatización, como el robo de identidad y los ataques cibernéticos.

Modelación de nuevos riesgos, ejercicio cauteloso 

En otro punto del diagnóstico, Adams sostiene que el desarrollo de un nuevo catálogo de soluciones asociado a la administración de riesgos, como los seguros basados en el uso, las coberturas contra el desempleo y las pólizas de interrupción de negocio para mitigar los efectos de la COVID-19, debe ser un ejercicio cauteloso para las aseguradoras, de tal suerte que obtengan un retorno de inversión predecible y sostenible.

La nueva era del trabajo, continúa el ejecutivo de PwC, también es un desafío mayúsculo para el sector asegurador, visto que antes de la irrupción de la COVID-19, dicha industria fue uno de los segmentos productivos del orbe que con mayor lentitud abrazaron el home office. 

La investigación del analista de la firma puntualiza que el perfil del capital humano será cada vez más diverso. Por ello, exhorta a la industria aseguradora a redoblar su compromiso con la equidad y la inclusión.

Adams pronostica que las aseguradoras deben prepararse para un periodo extenso de tasas de interés a la baja. Asimismo especifica que debido a un considerable aumento en el riesgo crediticio y a una carga tributaria superior es factible que sus índices de rentabilidad estén bajo presión durante el 2021.

El ejecutivo de PwC concluye que las compañías de seguros que pretendan despuntar frente a un contexto como el descrito no tienen otra alternativa sino optimizar sus balances contables, utilizar su capital con agilidad y desplegar recursos para diseñar un catálogo de nuevas coberturas, esquema que debe estar acompañado de una sólida estrategia de inversión.

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