La industria aseguradora caerá 3.16 por ciento al cierre de 2020, por encima del 2.2 por ciento proyectado al inicio del año, debido a que en el último trimestre podría registrar un descenso mayor, estimó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

"Siendo muy francos, consideramos que este escenario es pesimista", de acuerdo con Recaredo Arias, director general de la AMIS.

Para el 2021, comentó Arias, los retos son múltiples y relevantes. El primero, precisó, es seguir operativamente y en todo lo que corresponde como un sector más de toda la economía, afrontando todos los efectos de la pandemia por el Covid-19, tanto desde el punto de vista económico, como operativo, como de la atención de asegurados, que sigue semana con semana incrementándose.

Por su parte, un estudio del desarrollador de software para aseguradoras, FRISS, afirma que en el 18 por ciento de todas las reclamaciones contienen un elemento de fraude, inflación o tergiversación.

Los principales esquemas de fraude que vieron un aumento en popularidad durante Covid-19 son accidentes simulados y robos de vehículos, facturación de procedimientos o servicios fantasmas y accidentes falsos que ocurren en los hogares de las personas, describió la firma en un reporte especial por la pandemia.

Añadió que el Covid-19 obligó a cerca de dos tercios de las aseguradoras en América Latina a centrarse en la digitalización.

Casi la mitad se centró en la reducción de costos y alrededor del 30 por ciento aumentó activamente sus controles de fraude.

Prevenir el fraude es bueno para el negocio, y explicó que el éxito depende de la capacidad de habilitar profundamente una forma de trabajo digital.