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Sin ahorro ni seguros y con déficit, 4 de cada 10 personas con descontrol de sus gastos


De acuerdo con la Comisión Nacional  para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) solo cuatro de cada 10 personas adultas lleva el registro de sus ingresos y gastos, mientras que 65 por ciento pierde el control de su dinero como consecuencia de no realizar un presupuesto. La carencia de este hábito limita a las personas a cumplir con sus metas financieras, entre las que se encuentran ahorrar o adquirir instrumentos de prevención como los seguros.

De tal suerte que el organismo conciliador, a través de un comunicado, sugiere a todas las personas generar el hábito de elaborar un presupuesto, en la medida de lo posible anual, así como ahorrar una parte de sus ingresos ya sea para su futuro ( la jubilación, por ejemplo) o para poder salir de una manera más sencilla de alguna eventualidad financiera. 

De igual manera, la Condusef hace un llamado a tener pláticas familiares y hablar sobre dinero a los hijos, ya que ese intercambio de información fomenta el conocimiento de los menores acerca de la importancia de administrar el recurso económico, e impulsa a que todos los integrantes del hogar aporten ideas y esfuerzos encaminados a  mejorar las finanzas familiares.

Inculcar la conciencia en todos los integrantes de una familia acerca de la importancia de elaborar un presupuesto y ceñirse a él evitará que cada vez más personas continúen gastando más de lo que ganan, como ocurre actualmente con 45.2 por ciento de los  adultos; o bien, que 63 por ciento recurra a pedir prestado a familiares y amigos para salir adelante de los compromisos del mes, según refiere la más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera.

Por todo lo anterior, la Condusef hace las siguientes recomendaciones:

  1. Identificar cuáles son los ingresos fijos o variables

Los ingresos fijos son aquellos que un trabajador percibe regularmente (el salario quincenal o la pensión, si está retirado). Quizá los ingresos por su trabajo no siempre sean los mismos, a éstos se les llama ingresos variables, por ejemplo: un taxista percibe ingresos derivados de sus viajes y no siempre es la misma cantidad.

  1. Enlistar los gastos fijos y los variables 

 Los gastos fijos son aquellos que se consideran indispensables, por ejemplo: alimentación, transporte, luz, gas, renta, ahorro, entre otros. Los gastos variables son los que cambian de acuerdo con los gustos y actividades de cada persona, por ejemplo: la ropa y calzado, comidas fuera de casa, paseos. A la suma de sus ingresos, reste sus gastos. Busque que estos últimos sean menores a los primeros, así evitará endeudarse y podrá tener un dinero guardado ante algún imprevisto.

Este ejercicio le permite saber cuánto se necesita del ingreso para satisfacer las necesidades y deseos, o qué hay que ajustar. Además facilita ponderar su capacidad de endeudamiento; esto significa, si puede pedir un crédito o préstamo, señala la Condusef.

Al terminar el mes, puede revisar los desembolsos y comenzar a investigar en qué se va el dinero. Así podrá sacar todas las conclusiones necesarias para conocer si se tienen que rediseñar los gastos. Si al ingreso mensual familiar se resta el gasto y se tiene saldo a favor, podrá considerar dentro de los gastos una parte para solicitar un crédito, en caso de requerirlo, indica el organismo.

Finalmente, es importante incluir dentro del presupuesto mensual el ahorro, un rubro importante que se podría destinar a su Afore (o seguros) o para contar con un fondo de emergencia. Recuerde la importancia de guardarlo en una cuenta bancaria y no debajo del colchón, para evitar tentaciones y robos. Además de que sus ahorros estarán protegidos por el IPAB (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario) a través del Seguro de Depósitos Bancarios de manera automática y gratuita.

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