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Terremoto del 2017 así se vivió desde la protección financiera


“El edificio en el que vivía fue declarado como pérdida total. Todo era un caos, recuerdo a una vecina que acababa de remodelar su departamento, perderlo todo, ella me dijo ‘tú por lo menos tenías un seguro’”, estas son palabras de Isela Pulido, afectada por el terremoto de 2017.

Hace seis años la situación volvió a cambiar para miles de mexicanos ante el terremoto que sacudió al sur y centro del país. Desde entonces a la fecha las aseguradoras han pagado 1,449 millones de dólares por las pólizas de ese siniestro, siendo uno de mayor impacto para el sector asegurador.

Isela Pulido formó parte de quienes tuvieron un respaldo financiero. Vivía en un edificio de departamentos en la avenida Dr. Vertiz, que tras el sismo quedó inhabilitado por riesgo de colapso y fue demolido posteriormente. Desde que se mudó al departamento, el cual rentaba, contrató un seguro con cobertura por contenidos. Aunque deseó nunca haber utilizado su seguro, éste fue la diferencia de perder cinco años de esfuerzo.

“Si no hubiera contratado el seguro me quedo sin nada, yo lo contraté porque me ha costado mucho trabajo tener todas mis cosas, uno empieza sin nada y te esfuerzas mucho para poder comprar el comedor, la sala, esto lo logras después de tres o cinco años de trabajo. Cuando haces el recuento de los daños comprendes que el seguro es muy accesible, a mí me costó 3,000 pesos anuales, y la pérdida de los bienes ascendió a 250,000 pesos, esa indemnización hizo que mis esfuerzos no se perdieran, que no tuviera que empezar desde cero”, comentó.

México se encuentra en una zona de alta actividad sísmica, diariamente se presentan entre 30 y 40 sismos. De acuerdo con datos de la la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) a raíz del sismo del 2017 se incrementó la contratación de seguro hasta 10% en grandes ciudades y 6.5% a nivel nacional.

Norma Alicia Rosas, directora general de la AMIS, explicó que existe poco conocimiento sobre los seguros que cubren más allá del daño directo al inmueble, ya que existen coberturas para los contenidos que amparan las pertenencias de uso cotidiano de la familia que se encuentren dentro de la vivienda como muebles o electrodomésticos, además, de coberturas para pérdidas consecuenciales.

“Cuando uno piensa en un seguro contra riesgos sísmicos, pensamos que va a cubrir únicamente el inmueble y no, también hay cobertura para contenidos y para pérdidas consecuenciales, por ejemplo, si pierdo el poder rentar el inmueble el seguro puede cubrir durante algún tiempo esos ingresos que dejé de ganar. Si pago la renta por ese departamento también puedo buscar seguros que protejan el contenido donde están mis muebles y aparatos electrodomésticos”, explicó la directora de la AMIS.

Alberto Rodríguez Cabriales, tesorero nacional de la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas, indicó que un seguro de protección a la vivienda puede costar entre 15,000 a 20,000 pesos al año; sin embargo, existen diferentes pólizas de protección que pueden cubrir los contenidos por un costo de 3,000 pesos anuales, e incluso de la mano de un asesor de seguros se puede ajustar las coberturas de manera personalizada para que cubran el patrimonio, pero que también contemplen el estilo de vida del asegurado a un pago adecuado a sus finanzas.

Isela Pulido detalló que a pesar de las secuelas que dejó presenciar el desplome de su vivienda, haber tenido el respaldo de la aseguradora cambió la forma en que vivió la recuperación de su patrimonio.

“El edificio en el que vivía fue declarado como pérdida total. Durante el sismo se derrumbó la parte del centro de lavado, el techo se colapsó, yo me encontraba adentro, hoy el edificio ya no existe, lo tuvieron que derrumbar. Estuvo fuerte, pero yo no me sentí desamparada, cuando me reincorporé a mi vida me mudé y con el dinero que recibimos comenzamos a comprar nuevos muebles y eso mitigó un poco la pérdida”, narró Isela Pulido.

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