Va quedando cada día más claro que el presidente Andrés Manuel López Obrador dedicará buena parte de sus últimos meses de gobierno a delinear el proyecto de país que anhela a través de su sucesora, Claudia Sheinbaum, actual Coordinadora de defensa de la Cuarta Transformación y futura candidata de Morena a la presidencia.

La más nítida señal al respecto está en los proyectos que ha empezado a mencionar, que a él ya no le da tiempo de materializar, pero que insistentemente en las últimas semanas ha señalado como prioritarios. Los dos más importantes son la reforma al poder judicial, para que por vía del voto los ciudadanos elijan a jueces, magistrados y ministros; y la reconfiguración
del sistema ferroviario para que renazcan los trenes de pasajeros en todo el país.

Ninguna de estas dos propuestas fue creada por Claudia Sheinbaum. Pero es prácticamente un hecho que las hará propias y las convertirá en plataforma de campaña. Esto ya inició. Hace unos días Sheinbaum aseguró que su “sueño es seguir construyendo trenes de pasajeros en nuestro país”. También ya se está refiriendo con soltura, como si fuera propia, a la idea de que los jueces deben ser nombrados por votación.

Esta manufactura de plataforma de gobierno que el presidente elabora para su posible sucesora apenas inicia. Habrá más. AMLO ya esbozó que podrá venir también un cambio al sistema de ahorro para el retiro. La semana pasada insistió en que revisará el sistema de Afores, porque piensa que la privatización de estas instituciones generó un descalabro en el valor de las pensiones que recibirán los trabajadores. Pero para esto tampoco tendrá tiempo; de manera que heredará una propuesta específica a Sheinbaum al respecto, que sin duda Claudia adoptará en su plataforma.

Cuando en 2024 el Presidente defienda en la mañanera estas y otras propuestas creadas por él, estos proyectos embonarán a la perfección con las propuestas de campaña de Sheinbaum, creando una simbiosis de tal fuerza que será indistinguible saber si un tema fue propuesto en la mañanera, por el Presidente, o por la candidata. Y eso, en el fondo, significará que las políticas públicas detonadas por el gobierno actual se volverán al mismo tiempo propuestas de campaña.

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