Norlang Marcel García Arróliga, director general de Resiliencia de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de CDMX, hizo un llamado al sector asegurador para construir herramientas innovadoras que ayuden a los gobiernos locales a enfrentar las pérdidas causadas por los fenómenos meteorológicos, que, por las condiciones de vulnerabilidad que tiene la ciudad, se convierten en desastres.

En su charla virtual titulada Planes y retos de la gestión de riesgos en CDMX, organizada por la firma ERN (Evaluación de Riesgos Naturales), García Arróliga detalló que, por su ubicación geográfica y niveles de vulnerabilidad, Ciudad de México exige no solamente tener esquemas de transferencia de riesgos, sino políticas públicas de mitigación de fenómenos que afectan a la metrópoli    y a sus habitantes.

García Arróliga subrayó que debe existir la voluntad política y se ha de contar con los recursos económicos suficientes para llevar a cabo la implementación de estos instrumentos.

“Históricamente sabemos que sismos e inundaciones son los fenómenos recurrentes y que requieren atención. Si juntáramos todos los desastres que han sucedido en el país, tendríamos que el tercer sector más afectado, de acuerdo con el Centro Nacional de Desastres, es la vivienda, pues del total de casas habitación en el país solo 8 o 9 por ciento   cuenta con un seguro contra Daños; esto exige tener esquemas financieros que la población adopte de forma paulatina”, dijo el funcionario capitalino.     

García Arróliga añadió que es una incongruencia que México, siendo la decimocuarta economía más grande con respecto a la riqueza generada por el Producto Interno Bruto (PIB), ocupe el sexagésimo lugar en penetración y densidad de seguros.

“Esto nos lleva a retos importantes para la transferencia de riesgos, y no solo en gobiernos nacionales, pues, como sabemos, México ha avanzado mucho en esta materia; sin embargo, la idea es concretarlo en los gobiernos locales, que es donde se atienden los riesgos de desastres”, detalló.

Al referirse en concreto a Ciudad de México, García Arróliga señaló la necesidad de establecer políticas transversales de reducción de riesgos sísmicos: “Si tomamos el número de inmuebles de tipo habitacional, cerca de 1.1 millones en la ciudad, casi la mitad (567,000) se construyeron antes de 1985, lo cual indica que no tienen un reglamento de construcción que reduzca su vulnerabilidad.

“Por lo tanto, la situación exige no solo un programa de transferencia de riesgos, sino una reducción de la vulnerabilidad que la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de CDMX está planeando. Se trata de una estrategia a corto y mediano plazo para poder reducir esto, y se está logrando por medio del Atlas de Riesgos de Ciudad de México, muy dinámico y al alcance de todos los habitantes”, refirió el director de Resiliencia del gobierno local.       

El funcionario de Protección Civil añadió que se trata de develar los riesgos a los que está expuesta la ciudad, sin tomar en cuenta las condiciones de mercado. Es decir, que el ciudadano sepa a qué riesgos está expuesto cuando compra o renta un inmueble.

García Arróliga puntualizó además que ya se tienen conocimientos, ingeniería, ciencia y datos más precisos, como los que produce el ERN; además de mejor entendimiento del riesgo desde el punto de vista científico. En tal sentido, “esta secretaría se ha preocupado porque todos los datos que estén en el Atlas de riesgo sean científicamente correctos. Los avances de la tecnología nos llevan a abrir nuevos horizontes y nuevas fuentes de capital para enfrentar las pérdidas”.

“El riesgo desde el punto de vista financiero, desde la gestión de riesgos, requiere ese potencial de reducir las pérdidas económicas mediante la implementación de instrumentos innovadores que puedan cubrir parcial o totalmente dichas pérdidas. Estamos convencidos de que son instrumentos muy útiles, pero también tenemos que concientizar a los encargados de los presupuestos, que son quienes finalmente deciden la contratación de estos seguros”, aseveró García Arróliga.

El director de Resiliencia del gobierno capitalino mencionó que el aseguramiento o la transferencia de estas pérdidas a los mercados de capitales permite disminuir la carga fiscal de los gobiernos una vez ocurrido un desastre. Lo menos aconsejable es redirigir estos grandes presupuestos que ya se tienen al resarcimiento de los daños provocados por los desastres.

Finalmente, el funcionario de CDMX comentó que las estrategias de transferencia de riesgos en gobiernos locales deben ser trajes hechos a la medida, que tomen en cuenta las condiciones de peligro y vulnerabilidad imperantes en cada una de las ciudades. Deben ser aliados para edificar una sociedad más resiliente.