Entre los factores que deben tomarse en cuenta al momento de buscar un nuevo hogar no solo están la ubicación, el precio o las amenidades, sino también su seguridad. Este aspecto adquiere gran relevancia cuando el inmueble a alquilar o comprar se ubica en una ciudad donde frecuentemente ocurren temblores.

De acuerdo con el Servicio Geológico Mexicano, los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco registran una mayor sismicidad en nuestro país. Sin embargo, dada la interacción de las diferentes placas tectónicas, también se ven afectadas entidades como Veracruz, Morelos, Puebla, Baja California Sur y la Ciudad de México.

En el caso de ésta última y de la Zona Metropolitana, existen áreas donde la intensidad sísmica es superior a otras debido, principalmente, al tipo de suelo. Es por ello que, si planeas rentar o adquirir una vivienda en alguna de estas demarcaciones, es necesario que consideres distintos factores para garantizar tu seguridad y la de los tuyos.

Hay de suelos a suelos

"Gran parte de la Ciudad de México está construida sobre los restos de lo que fuera, antiguamente, un gran lago. Esto significa que mucho de su subsuelo no es firme, sino que debajo hay medios porosos y acuosos, lo cual, sin duda, determina la manera en cómo sentimos los movimientos telúricos.

"Las zonas construidas sobre esa capa lodosa son las que más resienten las vibraciones producidas por un sismo, debido a que la duración de éstas es mayor. Una vez que pasan las ondas sísmicas, esas partes de la ciudad continúan vibrando por el fenómeno de la resonancia provocado por el mismo tipo de subsuelo", señala en entrevista Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Asimismo, las ondas sísmicas se amplifican en las áreas con terreno fangoso, por lo cual la intensidad con que se pe re i te un movimiento telúrico es mucho mayor en comparación con las zonas de subsuelo más firme. De allí que algunas alcaldías de la CDMX y municipios del Estado de México se vean más perjudicados cuando ocurre un temblor.

"Los mapas de intensidad sísmica permiten saber qué tanto se mueve el suelo en determinadas áreas, así como la fuerza o aceleración. La zona roja, de mayor intensidad, abarca el Centro Histórico, Tlatelolco, la colonia Roma y la parte oriente. Mientras que la zona verde, de menor intensidad, contempla las Lomas de Chapultepec, el sector de la Basílica de Guadalupe y la parte sur hacia el lado de Ciudad Universitaria y la salida a Cuernavaca", apunta el doctor en Ciencias Físicas de la Tierra con especialidad en Sismología.

En busca de tranquilidad

Desde el terremoto ocurrido el 19 de septiembre de 2017, Patricia Engel Muñoz se ha mudado en diversas ocasiones. Aquella fecha, recuerda, tardo más de tres días en regresar al departamento que rentaba sobre la calle de Córdoba, en la colonia Roma. Si bien el inmueble no presentó daños estructurales como el de al lado, el temor de que hubiera una réplica o un nuevo sismo rondaba su cabeza.

"No dormía bien. Cualquier tipo de alarma o vibración, como cuando pasaba algún camión, me ponía muy inquieta. Ahora que lo pienso, todo ese tiempo viví con miedo", relata la comunicóloga. A finales de 2017, se trasladó a San Jerónimo, donde encontró una casa pequeña en medio de un área boscosa y alejada de grandes construcciones.

Y luego de vivir un tiempo en un edificio de 21 pisos en la alcaldía Benito Juárez, tomó la decisión de mudarse a la zona de Palmas, al quinto nivel de un inmueble. Saber que en esa área no se cayeron viviendas durante los sismos de 2017 y que la construcción donde hoy habita es resistente, le da confianza para permanecer ahí. "El temblor del mes pasado no lo sentí tan fuerte en este nuevo lugar, aun cuando sí se movieron varias cosas. Por el momento, me siento tranquila", confiesa.

Una elección inteligente

Antes de alquilar o comprar una vivienda, date el tiempo de averiguar si ésta es resistente a los sismos. Un primer aspecto, sugieren los especialistas de Vivanuncios, es conocer el tipo de suelo de la zona donde se localiza la propiedad en cuestión ya que, como advierte el investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, los temblores se resienten más en algunos lugares, en cuanto a duración e intensidad.

Otra recomendación que dan es solicitar una revisión oficial del inmueble por parte de la Secretaría de Protección Civil y de un Director Responsable de Obra (DRO) autorizado. También resulta conveniente que un arquitecto o ingeniero civil examine los planos de la obra, para corroborar que todo esté en orden.

Al visitar la propiedad, debes verificar elementos como columnas, muros divisorios, hundimientos, inclinaciones o cuarteaduras. Asimismo, revisa cada grieta o fisura en las paredes o columnas. Expertos indican que las fracturas diagonales revelan un daño estructural de consideración, por lo que no debes pasar por alto estas señales.

"Hay que tomar en cuenta que es posible reforzar nuestras construcciones, es decir, asegurar los muros de la casa y cuidar que no haya grietas. Tampoco hay que tirar paredes solo porque sí, pues luego resulta que son de carga y, cuando viene un sismo, se colapsa la loza", aconseja el sismólogo Luis Quintanar Robles.

Recuerda que la seguridad de un inmueble no solo garantiza la protección de cada uno de los habitantes, sino también del patrimonio mismo ya que, en caso de temblor, puedes perderlo todo de un minuto a otro. Haz una elección inteligente y no te dejes llevar en primera instancia por aspectos que, más que cubrir una necesidad básica, son solamente un plus.

** Protege tu patrimonio

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), contar con un seguro de casa-habitación te ayudará a reparar los daños provocados por un sismo en el menor tiempo posible. Su protección puede ir desde instalaciones fijas del inmueble hasta contenidos de valor dentro de éste, como muebles, electrodomésticos o posesiones personales. Antes de contratar, verifica que la póliza cubra los perjuicios causados por un temblor.