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Viajar con un seguro en la bolsa evitará que tus vacaciones se conviertan en un desastre financiero


Viajar es una de la experiencias más gratas de la vida; sin embargo, salir del entorno conocido y seguro de nuestra ciudad implica diversos retos para que la experiencia sea tranquila y 100 por ciento disfrutable. Un dolor de muela, una torcedura de tobillo o alguna infección estomacal repentina pueden aguar la fiesta y convertir cualquier vacación en un desastre financiero. Para evitar las malas consecuencias existen los seguros de viaje.

Esto es más cierto hoy que nunca, debido a que un contagio de covid-19 es una amenza latente que nos dejaría varados al menos los siete días de rigor, en cualquier destino del que debamos salir vía aérea, con la necesidad de pagar hotel y comidas, si es que la infección es leve, y la posibilidad de tener que asumir gastos de hospitalización si algo se complica.

​“La pandemia nos cambió a todos; cambió nuestra forma de comprar, la manera en que nos informamos, cómo viajamos y el concepto entero de lo que significa tener un seguro”, explica Pilar García, CEO de Rastreator México, comparador de seguros que opera en el país desde 2017. No obstante, agrega la especialista, “la cultura de previsión aún tiene mucho espacio para crecer aquí”.

Los seguros con mayor penetración entre la población mexicana, señala García, son el de vida, generalmente como beneficio laboral contratado por las empresas para sus empleados; y el de auto, que compran directamente los propietarios del carro en 2 de cada 3 casos.

Aún así, las cifras son poco halagüeñas: “solo 3 de cada 10 vehículos están asegurados. Es sorprendente que, desde que llegamos a México, la cifra siempre ha sido la misma, a pesar de los esfuerzos de marketing y educación financiera. Y si eso sucede con los seguros de auto, ¡imagina con los de viaje! Mucha gente ni siquiera sabe que existen”, señala García.

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